En el año 2005 (a los 21 años de edad), el argentino Facundo Schenone Mattos llevó a cabo un desafío solidario en bicicleta, pedaleó desde Argentina hasta Ecuador, durante 3 años y 6.500 kilómetros por la paz en el mundo. En el marco del proyecto “Pedal por la Paz”, realizó charlas en escuelas y universidades sobre la importancia de la educación en valores humanos a las nuevas generaciones.
En 2008 sufrió un grave accidente donde se fracturó la columna vertebral y debió ser operado de urgencia. Luego de un año de rehabilitación, y una prótesis de titanio, pudo recuperarse y aprender a caminar nuevamente. Durante los próximos 5 años trabajó en la ciudad de Buenos Aires gestando el próximo desafío solidario.
Así nació en 2014 el proyecto “Expedición Sonrisa”, dar la vuelta al mundo en camioneta y junto a un castillo inflable, con un objetivo claro: llevarle un espacio de alegría y contención lúdica a niños y niñas que viven en orfanatos, y en zonas vulnerables alrededor del planeta. Durante más de 5 años recorrió en solitario, y luego con su pareja Carina Belofiglio, 4 continentes y 50 países cumpliendo esta misión.
“A mí me criaron con amor, educación, comida en la mesa. Los chicos que visitamos con el inflable son de orfanatos o comunidades necesitadas. Más allá de la cultura, religión o nacionalidad, la niñez es una sola, y todos los chicos deberían jugar y aprender, en lugar de trabajar, ser maltratados, violados o abandonados”, cuenta Facundo a La Nación.
En 2019, ya de regreso en Argentina y con el objetivo de crear una ONG, se conformó un equipo de profesionales en psicopedagogía, psicología, docentes de nivel inicial, entre otros, para crear y estandarizar el primer programa de la ONG denominado “Expedición a Jugar”: Un modelo de intervención lúdico-educativo para desarrollar, mediante el trabajo de grupos de voluntarios, los juegos creados y patentados por la ONG con el objetivo de transmitir la educación en valores humanos a niños y niñas en situación de vulnerabilidad, utilizando el juego como recurso principal.
De esta forma Expedición Sonrisa se transformó en una organización social sin fines de lucro con el objetivo de promover los derechos del niño; en especial el derecho a jugar y a la educación. Sin inclinaciones políticas ni religiosas.
Se capacitaron grupos de voluntarios en Buenos Aires, Argentina donde se visitan todos los fines de semana distintos merenderos, comedores y hogares infantiles para llevar a cabo el modelo de intervención.
En cuanto al ámbito internacional, bajo convenio con la ONG española Acción Geoda, se dispuso de un juego inflable y otros complementarios para trabajar en Marruecos con las comunidades beréberes del Alto Atlas.
En marzo de 2021, se iniciaron las primeras “Campañas Anuales” de la ONG”. Se trata de campañas solidarias específicas y segmentadas por distintas temáticas con el objetivo de asistir a nuestra red de hogares infantiles y merenderos. La primera campaña fue “Expedición al Cole 2021” donde se repartieron 180 mochilas completas con útiles escolares para el inicio del año lectivo. Siguieron “Expedición Niñez 2021”, “Expedición Navidad 2021”, entre otras.
En abril de 2021, se crea el Programa “Expedición Aprendizaje” con el objetivo de alfabetizar de niños, niñas y adolescentes en contextos de vulnerabilidad, donde se comenzaron a desarrollar los contenidos académicos para crear un material educativo propio y específico para la alfabetización en estos contextos.
En marzo 2022, se conforma un equipo de profesionales especializados para crear el Programa “Expedición Proteger“: Programa para la prevención del abuso sexual contra niños, niñas y adolescentes. Se trabajó durante 6 meses la creación de contenidos académicos propios para estandarizar una actividad que busca proveer de herramientas de prevención a NNyA, familiares y referentes barriales.
“Expedición Sonrisa existe para proteger los derechos de las infancias más vulneradas. Te invitamos a sumarte a nuestra ONG y luchar juntos para que todos los niños y niñas puedan tener una infancia feliz, jugando y aprendiendo”
Actualmente continúan trabajando día a día para que todos los niños y niñas que asisten puedan tener una infancia feliz, jugando y aprendiendo. Se encuentran en el Merendero Los Ángeles de Marco de Alderetes, Tucumán. En el Merendero Mis Abuelos en La Banda, Santiago del Estero. En el Merendero El Rey Ramona de Resistencia, Chaco. Y en Buenos Aires en los merenderos Mamá Pitufa de Escobar, La Academia de Pontevedra, Lo de Pocha en Quilmes, y La Casita de Lali en La Plata.
Además realizan viajes de voluntariados y llevan adelante el programa padrinos que es a distancia, mientras desean seguir con la expansión por todo el territorio nacional.
Apadrinar una infancia significa cambiar el mundo. De esa infancia. Para apadrinar un niño o niña CLICK ACÁ
Más info: expedicionsonrisa.com
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