Por: Tobías Ochoa
“Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla”, exclamó el presidente de facto Leopoldo Fortunato Galtieri frente a una multitud en Plaza de mayo, declarando el inicio de acciones militares frente a la invasión de Inglaterra en las Islas Malvinas. Por aquel entonces, un joven Félix Brito con 19 años recién cumplidos, se encontraba realizando el servicio militar obligatorio en Comodoro Rivadavia.
Brito fue uno de los primeros en cumplir años de la clase 1963, se encontraba realizando el servicio militar desde el 1 de febrero y las sospechas respecto a una guerra eran nulas. Cerca de finalizar el mes de marzo, la preparación militar comenzó a intensificarse como también las sospechas sobre lo que podía ocurrir. La hipótesis principal, según Brito, fue un posible conflicto con Chile.
“El mismo 2 de abril nos enteramos de la recuperación de las islas e informaron que nuestro regimiento debía cruzar hacia las islas. Estábamos en total desventaja, estuvimos 40 días de preparación en Comodoro Rivadavia recibiendo instrucción de combate pero sin pensar que íbamos a ir a una guerra”, comienza relatando Félix. Además, agregó: “Los ingleses también tenían soldados de la misma edad de nosotros, con la diferencia que ellos tenían 6 años de instrucción militar. No era una cuestión de edad, sino de preparación”.
“Éramos los loquitos de la Guerra”
Familiares, vecinos y amigos recibieron a Félix un 8 de julio de 1982, luego de ser partícipe del último conflicto bélico en la historia nacional. La particularidad es que su vida continuó de manera normal, con solo 6 horas en su casa, regresó de manera inmediata al trabajo que lo acompañó hasta la actualidad: kiosko de diarios y revistas.
Respecto a los primeros años luego de la guerra, Brito rememoró: “Los que habíamos estado en Malvinas éramos los loquitos de la guerra, a muchos les fue complicado conseguir trabajo u obra social. Los primeros años fueron duros, el estado no nos reconocía, no teníamos contención y los mismos militares nos dieron la orden de que no hablemos de lo que pasó en Malvinas”.
“A mi esposa la conocí en 1983, una vecina le decía a su mamá: como dejas que tu hija esté de novia con un loquito de la guerra? Que tenga cuidado. De frente no te decían nada, pero por detrás había comentarios. Con mi circulo intimo mantuve la misma relación previa a ingresar al servicio militar”, se lamentó el ex combatiente de Malvinas.
“No tenemos que olvidar nunca a los que se quedaron allá”
Pese a haber vivido en carne propia la experiencia del combate bélico producto de la decisión del presidente Galtieri, Brito asegura ser indiferente hacia su persona. La contención de su familia y amigos fueron vitales para que la vida del joven veterano de la guerra pueda continuar de la mejor forma.
“Cuando izaron la bandera inglesa no parábamos de llorar, fue una impotencia tremenda. Me dolió mucho haber perdido, con el tiempo me di cuenta que no teníamos la culpa de nada”, expresó, respecto a sus últimos momentos en las islas. “Yo no siento ser alguien extraordinario, solo soy un ciudadano más del país que afrontó una situación histórica. La misión que tenemos ahora es que nunca se apague la llama de la gesta de Malvinas, pero no por nosotros, sino por los que quedaron allá. No los tenemos que olvidar nunca”, finalizó el fanático hincha de Instituto y ex dirigente del club de B° Alta Córdoba.-