Nació en una familia tradicional cordobesa, con un padre fanático del circo que siempre le contaba historias de cuando él era chico y trabajaba en el Circo del Tony Tachuela en Córdoba, propiedad de la familia Muñoz. Cada vez que un circo llegaba a la provincia, él iba corriendo, entusiasmado a pedir trabajo de lo que fuera.
Ya sea para vender, limpiar u ordenar,su intención siempre fue estar cerca, respirando arte circense. Con tal de poder aprovechar y visualizar las historias que su padre le contaba.
Fue payaso, trabajó con animales y descubrió la magia. Se hizo autodidacta para poder construir los aparatos necesarios para montar un show. Trabajó en un crucero y finalmente decidió formar parte del circo que lo llevó hasta El Cairo.
“Yo me escapaba de casa y me iba a trabajar al circo, de lo que fuera, vendiendo, haciendo lo que pudiera para poder”, cuenta Ariel y agrega: “A los 13 años me escapé de mi casa para irme con un circo, mi viejo me trajo de los pelos, tres veces me trajo de los pelos hasta que entendieron que era mi vida, mi vocación”.
Nómade
Heredia califica a su familia como “nómade”, ya que se caracterizan por pasar poco tiempo en cada lugar al que llegan. El Cairo, Argentina o Centroamérica, son algunos de los destinos a los que arribaron en los últimos 12 años. Además, Ariel trabajó durante mucho tiempo en cruceros.
“Nosotros habíamos terminado de trabajar con la familia Yovanovich, la dueña del Circo Mundial, que es uno de los circos más importantes de Argentina como Servian, como Rodas. Y nos habíamos quedado en Catamarca. Yo estaba haciendo un trabajo -fabricó aparatos de magia para vender para afuera- y me llama Ibrahim que es nuestro representante. Me ofrece venir a trabajar a El Cairo. Fue muy raro, porque al principio yo dije “sí, está bueno, vamos a ver las pirámides”, y después se nos vino el miedo”, contó Ariel Heredia, respecto a su llegada a Egipto.
Situación epidemiológica en Egipto
Los shoppings están abiertos, el zoológico está abierto y los cines también. Pero desde hace cuatro meses. Al principio se hizo un protocolo en el que se permitía nada más que el 25% de la capacidad, durante un mes. Y pasados esos 30 días el gobierno autorizó el 50%. Pasó creo que una semana y ya autorizaron el 100%.
Hoy se encuentra a orillas del Nilo, conviviendo con el viento Khamsin. Ariel cambió su paisaje natal y serrano por climas completamente diferentes y una cultura totalmente diferente. Actualmente, se desempeña como uno de los personajes principales del Circo Mundial. Así vive su cotidianidad, acercando su magia en terrenos muy muy lejanos.
Su vivienda es como una casa rodante, pero sin ruedas: “Las llamamos caravanas”, cuenta.
“A diferencia de lo que pasa en la Argentina, aquí los circos están trabajando. Nosotros en este momento tenemos dos funciones por día. con público. Aquí en Egipto el tema de la pandemia se manejó muy distinto que en otras partes. Y las estadísticas demuestran que eso dio resultado”, comentó respecto a las medidas tomadas por el gobierno egipcio.