“Las voces de los locutores son como la huella digital: únicas”

Hoy 3 de julio, los locutores y las locutoras del país, celebran su día. La fecha se eligió en el año 1950 porque un 3 de julio (pero de 1943) se fundó la Sociedad Argentina de Locutores. En nuestra zona norte, contamos con algunos exponentes en la materia y Verónica Carolina Coutsiers, es una de ellas.

Por: Lic. Javier Alday

Locutores

“Los primeros pasos fueron en tercer año del secundario Mater Puríssima, en un proyecto educativo radial de locutores en conjunto con la FM Cordial, que en ese momento estaba en Villa Rivera Indarte”, recordaba Verónica Coutsiers, vecina de B° Poeta Lugones, quien comentó que “allí, conducía el segmento deportivo, llegando a cubrir partidos de Los Pumas y la Selección Nacional de Fútbol de Daniel Pasarella, entrevistando a ambos planteles”.

Pero su “enamoramiento” real de la profesión, fue desde muy pequeña: “Realmente, descubrí un mundo que me deslumbró a los 7 años, cuando acompañé a mi papá a cerrar una pauta publicitaria de la empresa que trabajaba. Nos abrieron micrófono Mario Pereyra y Blanca Rossi para que saludemos al aire en la previa del día del niño y ahí empezó la magia”, expresó.

A partir de allí, con el paso del tiempo, decidió estudiar Comunicación Social y luego se recibió de Profesora en Historia. A medida que trabajaba, estudió Periodismo Deportivo y Locución, tanto general como también en Radio y TV. En cuanto a lo laboral, cuenta con una extensa trayectoria, ya que condujo programas en Play FM, Radio Rivadavia en Córdoba, Punilla y Ansenuza, Radio Estación, FM Libre y AM 1550 de Buenos Aires.

Además, realizó coberturas en diferentes festivales, en Cosquín Rock y los Premios Voz y Carlos en diferentes ediciones. Actualmente, cuenta con su propio programa de radio, que ya cumplió siete temporadas ininterrumpidas al aire: “Cuerdas de Remate”, los lunes a las 22hs. por FM Libre 92.7. También ha recibido premios y reconocimientos a la labor de locutora y productora. Por último, en sociedad, fundó la Escuela de Locución Alta Voz, reconocida por la “Cámara Argentina para la Formación Profesional y la Capacitación Laboral”.

“Vero”, ¿Qué habilidades debe tener un buen locutor o locutora?

Lo principal, es tener un buen manejo de su voz, buena dicción, entonación, cultura general, creatividad y ser un buen “piloto de tormentas” para llevar adelante los imprevistos en vivo. Además, hay que tener respeto por la audiencia, nuestros compañeros y, sobre todo, poner toda la pasión en esta profesión.

¿Qué rol juega el cuerpo y la mente, a la hora de transmitir un mensaje?

Como siempre explico en mi Escuela, no solo somos la voz que llega a la gente, sino que el cuerpo y la mente muchas veces expresan más que las palabras. El locutor debe siempre tener una sonrisa al hablar, porque eso llega al público y éste la percibe.

No solo se trata de una “linda voz”, ¿Verdad?

No existen voces lindas o voces feas, porque todas tienen algo que transmitir. Hace algunos años se asociaba el concepto de “buena voz” a una voz grave y potente para los hombres y una voz “atractiva” para las mujeres. Pero por suerte, con el tiempo, esto cambió. Hoy se buscan y gustan voces con estilo y personalidad, que tengan un sello propio. El poder de la palabra es muy importante, las voces son como la huella digital: únicas. Bien educadas y cuidadas tienen que acompañar lo que dicen, ya que somos portadores de mensajes y el público muchas veces se identifica con nosotros y el contenido de nuestro mensaje llega más lejos de lo que nos imaginamos.

Si pudieras volver a elegir una profesión, ¿Elegirías nuevamente la locución?

Cien por ciento sí, porque la magia que se activa cuando se enciende el cartel de “Aire”, me permite ser yo misma, me permite soñar, ser muchas personas en una sola y saber que llego a las personas y que puedo hacerles cambiar su realidad, al menos por un momento. Esta profesión me permitió hacer muchos amigos y conocer personas “famosas” de todo ámbito. Siempre agradezco a mi familia y amigos que apoyan y entienden cada paso que uno da… Tenemos un horario de entrada y no uno de salida.-