
En Estación Juárez Celman (Córdoba), donde el tren parece detenerse también en el tiempo, cuatro músicos encendieron una chispa que no paró de crecer. Desde 2017, con instrumentos prestados, garra barrial y amor por la música, Los Labreli gestaron un sonido que mezcla lo mejor del cuarteto con el rugido eléctrico del rock. Hoy, su propuesta suena distinta, contagia y rompe moldes: ya no es fusión, es identidad.
La historia de Los Labreli no comenzó en un estudio ni con un productor detrás. Comenzó como comienzan las cosas que laten fuerte: entre amigos, con pasión, en una pieza o un garaje donde los acordes se repiten hasta que se sienten parte del cuerpo. Allí, Pablo Scalabrelli —voz y guitarra— empezó a darle forma a una idea con sabor a cuarteto, pero con la energía inconfundible del rock barrial.

Pronto se sumaron Leandro Prunotto en bajo y voces, Pablo Pesenti con teclados, guitarra y arreglos, y Mayko Brizuela con batería y coros. Cuatro piezas distintas que, juntas, forman un engranaje potente. No buscaban parecerse a nadie. Querían sonar como ellos, y en ese deseo encontraron el ADN que hoy los distingue: canciones pegadizas, letras del barrio, y una base rítmica que obliga a moverse.
A diferencia de las bandas que copian fórmulas, Los Labreli asumieron el riesgo de crear una nueva. El cuarteto está en la sangre de Córdoba, pero ellos lo atraviesan con distorsión, climas rockeros y giros inesperados. El resultado es una música bailable pero profunda, enérgica pero sensible, popular pero elaborada. Una fiesta con identidad propia.

Esta banda cordobesa combina lo más tradicional del cuarteto con guitarras, teclados y espíritu rockero. Desde su origen en Juárez Celman, Los Labreli construyen una identidad musical fresca y potente. En constante crecimiento, ya se posicionan como una de las propuestas más originales del género.
Del garaje a su primer Disco
Los primeros escenarios fueron humildes: patios, peñas, salones con luces improvisadas. Pero desde ahí comenzó a crecer la bola. Cada presentación sumaba seguidores. Cada canción se convertía en anécdota para el que la escuchaba por primera vez. El boca en boca hizo el resto. No fue magia: fue constancia, ensayo, y sobre todo, un amor genuino por lo que hacen.
El crecimiento se volvió visible en festivales de la provincia y fechas compartidas con otros artistas. El público empezó a corear temas propios, a pedir discos, a preguntar cuándo salía el video nuevo. En sus redes se multiplicaban los comentarios y los mensajes de aliento. En paralelo, ellos seguían siendo los mismos: músicos de Juárez Celman con los pies en la tierra.

Parte del secreto de su conexión está en que no forzaron el camino. No salieron a buscar fama, sino escenarios. No buscaron pegar un hit, sino sonar bien. Y eso se siente en cada tema que graban, en cada show que brindan: hay verdad. Hay algo auténtico que hace que el espectador no solo escuche, sino que sienta.
“Y todo va bien” no solo da nombre a su primer disco, también resume el presente de Los Labreli: una banda que avanza con ritmo propio, entre guitarras, cuarteto y aplausos.

Su primer disco, “Y todo va bien”, marcó un antes y un después en el camino de Los Labreli. Grabado con esfuerzo independiente y mucho oficio, el álbum refleja el espíritu que los caracteriza: canciones que combinan letras cotidianas, melodías pegadizas y una base rítmica que invita a bailar sin perder profundidad. Con una producción cuidada y el sello auténtico de la banda, el disco se convirtió en una carta de presentación sólida, donde cada tema reafirma su identidad sonora: cuarteto con alma rockera, guitarras eléctricas que dialogan con teclados envolventes y una energía que traspasa los parlantes. Fue el punto de partida para llevar su propuesta a nuevos escenarios, públicos y generaciones.
El futuro parece prometedor. Ya no son una rareza. Son una propuesta. Y mientras sigan fusionando lo que aman sin perder su esencia, Los Labreli seguirán encontrando oídos dispuestos a dejarse llevar. Porque cuando algo vibra desde lo real, es difícil que no contagie.
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