Por: Rocío Bock Martínez
Maximiliano “El Tanque” Espinillo (27 años) oriundo de Córdoba capital comenzó su camino en el fútbol a los 13 años. “Al fútbol me acercó mi hermano que también es ciego y ahí empecé a desarrollar la disciplina del fútbol para ciegos”, detalló el delantero, goleador y figura del Seleccionado argentino de fútbol para no videntes.
“Maxi” nació en Villa El Nylon, fue vendedor ambulante y hoy es el goleador de “Los Murciélagos”, donde defiende con orgullo la camiseta Argentina desde hace 8 años. Actualmente, vive en Santa Fe y milita en el Club “Los Búhos” en la Liga Nacional de fútbol para ciegos.
“El Tanque”, hincha de Instituto, no solo viene de ser goleador con 6 tantos en el último Grand Prix sino que también fue elegido como mejor jugador del último Torneo internacional de fútbol para ciegos. Ahora, se prepara con todo para los Juegos Paralímpicos que se disputarán en Tokio el próximo 29 de agosto, y se ilusiona con traer la medalla de oro.
Volando alto con Los Murciélagos
¿Qué recuerdos tenes de tu vida en la zona norte de la ciudad?
Mi familia es toda de Argüello, están todos allá. Antes vivimos en Ampliación Cabildo y, hasta los 14 años, viví en Villa El Nylon. Ahí nos criamos. Mi papá y mi mamá (Silvia y Antonio) se encargaron de que no faltara nada y que viviéramos un infancia buena. Sobre todo en la villa, que era precario y la vida no era fácil. Después pudimos tener una casita en Ampliación Cabildo. Recuerdo que jugábamos en los potreros y campitos de Villa El Nylon con mis hermanos y primos.
¿A qué edad quedaste ciego?
Quedé ciego a los 4 y luego entré al instituto Hellen Keller, donde hice la escuela primaria y conocí a todos mis compañeros. Ahí estaba todo el día con la pelota. Tuve un desprendimiento de retina a esa edad, por un virus. Se me hizo una presión ocular muy fuerte, me operaron y el nervio óptimo no aceptó la cirugía. Tengo un poquito de resto visual… luz, sombra, no alcanzo a distinguir colores, figuras. Es registro visual de luz, sé cuándo es de día o de noche, pero nada más.
¿Cómo llegaste a la selección?
Arranqué futbolísticamente en el equipo de la Unión Cordobesa para Ciegos (UCORCI) y MEDEA. A principios del 2013, después de un buen torneo que realicé en el año 2012 fuí convocado por el técnico Martín Demonte y desde febrero del 2013 representó a la Selección de Los Murciélagos.
¿Cómo fue participar en el Grand Prix?
Fue muy importante para nosotros y muy especial porque hace un año y medio que no competiamos por la Pandemia. Queríamos saber como estábamos de cara a los juegos paralímpicos que se vienen ahora a fines de agosto. Nos medimos con España, Tailandia, Japón y Francia, y logramos el tricampeonato del Grand Prix, así que la experiencia fue buenísima. Antes se había ganando en 2018 y 2019.
¿Cómo se prepara el equipo para los Juegos Paralímpicos?
El equipo está bien, cada uno desde su provincia viene trabajando de la mejor forma para que cuando nos juntemos a concentrar podamos dar el máximo y podamos dar un buen Paraolímpico y obtener la medalla que estamos buscando. Yo ya pude jugar en Río de Janeiro, en 2016, donde fuimos medalla de bronce. En el CENARD podemos entrenar una semana o diez días por mes. Ahí trabajamos al máximo, a doble o triple turno, para compensar cuando no se puede entrenar.
¿Qué hobbies tenes?
En mis tiempos libres me gusta escuchar música y practicar con la guitarra. Cuando tengo tiempo de ocio me gusta ver televisión y series.
¿Cuáles son tus sueños?
Quiero lograr tener mi casita, terminar los estudios y conseguir un trabajo… Lo que todo el mundo proyecta cuando está en una cierta posición y edad que tiene que empezar a plasmar los proyectos y los sueños que uno tiene.
