“Nueva normalidad”: La reflexión del padre Marco Bustos

El Cura de la Parroquia Santa Inés de B° La France, dio su opinión sobre la realidad de la pandemia, en una columna que brindó a EXPRESIÓN NORTE.

Por Marco Bustos

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Y un día tuvimos que salir a la calle con barbijo. Y aprendimos a reconocer la sonrisa en la mirada, en nuestros ojos. Y con un choque de codos o puños comenzamos a decir “hola”, o “chau”. Y el alcohol en gel se instaló en las guanteras de nuestros autos, o en la cartera. Muchos de nuestros hábitos cambiaron. Tantas cosas que eran “normales” se desmoronaron… La contingencia que vivimos asoma con fuertes replanteos de distinta naturaleza: sociales, económicos, sanitarios, éticos.

Muchas preguntas… pocas respuestas… La actual crisis deja al descubierto la fragilidad de la humanidad y el delicado equilibrio de la vida. En este tiempo afloran las pobrezas y miserias de la condición humana. También florecen una cantidad de gestos nobles, sencillos, cotidianos, bondadosos, muchos de ellos silenciosos. El cansancio se instala en muchos ámbitos y empieza a carcomer la paciencia.

“Sueño con un mundo nuevo en el que dejemos atrás algunos vicios y costumbres que nos parecían comunes, pero que deterioran el tejido social y fraterno”

Sin embargo, el deseo de un mundo nuevo también ocupa su lugar en los anhelos más hondos de los corazones. ¿Cómo será la “nueva normalidad”? El mundo que vivimos transita horas de cambios vertiginosos. Sueño con un mundo nuevo en el que dejemos atrás algunos vicios y costumbres que nos parecían comunes, pero que deterioran el tejido social y fraterno. Dejar atrás la costumbre del acomodo y la trampa, de la mentira y el zafar, del fanatismo y el atropello, de la jugarreta y el curro, de la ganga, de la corrupción.

Ponele los nombres que quieras, pero tan normales hemos considerado algunos procederes individuales y colectivos que se han hecho cultura y los hemos validado como costumbres aceptadas socialmente. Total, “todos lo hacen”. Nadie dice nada si un peatón cruza por el medio de la cuadra, si una moto se adelanta por la derecha, si tiramos la basura en cualquier parte o contaminamos los ríos y suelos, si alguien le vende alcohol a un menor.

“Hoy necesitamos criticar algunas normalidades a las que estamos acostumbrados”

Se ha vuelto una normalidad la desigualdad y la inequidad de los habitantes de esta casa común que se llama tierra. Mientras muy pocos concentran y disfrutan de los bienes del planeta, la gran mayoría se reparte lo que sobra. Parece válido que para ser feliz tenés que poder comprar, adquirir y consumir. Se aprueba el odio a los pobres y se ha instalado e resentimiento hacia los ricos. Nos acostumbramos a los insultos, los atropellos de los más fuertes, la violencia contra las mujeres, el abandono de los ancianos.

Todo esto se ha hecho habitual en nuestra cultura moderna. Por eso me repito la pregunta: ¿Cómo será la nueva normalidad? Como humanidad un día fuimos capaces de condenar las aberraciones de los genocidios de nuestra historia y los rechazamos como modo de ser humanos. Hoy necesitamos criticar algunas normalidades a las que estamos acostumbrados, para ser auténticamente humanos, y mirarnos a los ojos y descubrir en ellos la sonrisa fraterna que se asoma debajo del barbijo.-