¿Qué sienten al restaurar autos antiguos?
Es lo que más nos gusta. Yo nací en todo esto y es mi forma de vida. Es algo que, desde muy chico, lo he vivido cuando mi abuelo restauraba. Cada vez que iba a visitarlo a su taller, siempre compartía tiempo con él. La verdad, es algo que se siente muy bien, ver la cara de satisfacción de los clientes cuando les devolvés un auto restaurado; se siente bien cuando vemos las reacciones muy positivas de la gente cuando visita nuestro taller; de hecho, todos lo definen como “el shopping de los fierros viejos”. Nuestra empresa está compuesta de tres locales, que hacen un total de dos cuadras y media. En todo este predio, está lleno de vehículos y la gente se enloquece. Todo esto es nuestro legado.
Por lo general, ¿qué autos restauran?
Mi familia, desde mi bis abuelo, se ha caracterizado por restaurar los Ford T y Ford A y algunos Chevrolet. Son autos de principios del S. XX y el Ford T es uno de los autos más vendidos de la historia y reconocido como “el auto del S. XX”.
En este trabajo, generalmente hacemos chapa, pintura, enarenado, electricidad, tapicería, mecánica… una restauración completa, que demanda entre un año y un año y medio, dependiendo de cómo se consigan las partes.
¿Cómo definen a “Hattemer” en pocas palabras?
Es un orgullo, una forma de vida, algo que llevamos en nuestra sangre… Casi, obligadamente, nuestro apellido está relacionado con los autos.
Un apellido y una pasión con “historia”
Nuestra empresa surgió a principios del siglo XX, como un simple taller mecánico en la zona de Colonia Cello (provincia de Santa Fe) de la mano de mi Bisabuelo Carlos Hattemer, un hijo de inmigrantes Alemanes. Su padre Gaspar, había sido el dueño del primer auto de esa zona. Al inicio de toda esta historia, Carlos comenzó trabajando con autos en su simple taller y, con el tiempo, su hijo mayor, Aldo, se sumaría a trabajar al taller junto a su hermano Rubén, para ayudar a su padre.
A Carlos, desde un primer momento, le llamaron mucho la atención los autos, dado que su padre Gaspar –quien era un alemán neto- había tenido uno de los primeros autos de la zona de Colona Cello. Desde joven, Carlos realizó varios trabajos, entre ellos, como taxista. Pero el trabajo más llamativo y lo que más le gustó, fue la mecánica. Por supuesto, a principios del S. XX, los vehículos eran nuevos, pero con el tiempo, comenzó a convertirse en una persona reconocida en aquella zona por sus trabajos de mecánica.
Carlos tuvo dos hijos varones: Aldo “Coco” Hattmer (mi abuelo) y Rubén Hattmer. Ellos dos, son quienes seguirían en este rubro. Al tiempo, Carlos, su esposa Luisa y sus hijos, se mudan a Córdoba en los años 30/40, al departamento de San Justo. Pero a principio de los 70, Carlos muere y su hijo Aldo, sigue con la mecánica. Por supuesto, Rubén también, pero él se dedica a los motores Diesel, una vez que se mudó a Buenos Aires. Pero “Coco” queda en Córdoba y comienza a trabajar de lleno en autos antiguos: Ford T, Ford A… La mano de obra de “Coco” es reconocida rápidamente también en Córdoba, por lo que el taller comienza a tener renombre provincial y poco a poco, él va ganando distintos galardones en diversos clubes de autos antiguos a los que lo invitan.
Coco ya no sería reconocido sólo por su taller mecánico de autos, sino por su gran habilidad en la restauración de autos antiguos. A mediados de los 70, su hijo Daniel (mi papá), empieza a compartir el trabajo de su padre y se convierte en un sueño poder realizar lo que su padre hacía. Por eso, poco a poco, Daniel comienza a aprender el oficio en el taller de su padre y con el tiempo, ellos se distanciaron, porque Daniel se perfiló a la compra y venta de autos. Recién en el año 2007, vuelve a dedicarse a la restauración de autos antiguos, junto a un empresario de Rio Tercero, quienes toman la decisión de montar una empresa para volver a fabricar los Ford A. Allí, comienzan a buscar vehículos por todo el país para recuperar sus piezas y volver a ensamblarlo. “Coco”, a sus 80 años de edad, también se incorpora a esta empresa, cuando tuvo que retirarse por problemas de salud. Así, Daniel trajo todas las cosas del taller de “Coco”, a nuestra empresa de Rio Tercero. Al morir “Coco”, en el año 2017, Daniel queda totalmente al frente de la empresa.
Más info: Cel. 3571 61-3933 // @hattemer_el_legado (en Instagram)