Por Casandra Quevedo
¿Cómo descubriste tu pasión por la actuación y hace cuánto sos payasa?
Hago teatro desde los 9 años. Recuerdo que desde muy chica tenía problemas en relación a mi construcción de identidad, ya que tengo una hermana melliza que se llama Antonella y hacía todo lo que hacía ella. Mi mamá, muy consciente y atenta de eso, decidió mandarnos a teatro para poder expresarnos y generar ese camino de identidad. Mi hermana fue solo a una clase, mientras que yo nunca más dejé de hacer teatro.
¿Cómo fue la construcción de tu personaje?
Puedo decir que encontré el personaje de “Alhelí” y esa construcción de mi payasa hace 15 años. Tuvo muchas transformaciones de vestuarios y de colores. Al comienzo empecé sin nariz, pero después, cuando hice teatro callejero en Carlos Paz, me di cuenta que ese teatro necesita la nariz de payaso en la vía pública.
¿Hubo algún artista que te inspiró para seguir esta vocación?
La verdad que no, no hubo algún personaje o actriz que me inspirara. Siempre traté de manejarme con mis propios desafías, frustraciones, aprendizajes. Además, el ejercer la docencia me da la capacidad de la empatía y de poder construir historias y personajes que tengan que ver con la actualidad. Por eso trato que mi trabajo sea de “adentro hacia afuera”, porque es lo que creo que tenemos que hacer como sociedad.
¿Por qué elegiste el nombre Alhelí?
El nombre Alhelí surgió una mañana, tomando un café con mi papá. Ambos somos fanáticos y enamorados de Caetano Veloso, el cantante del famoso tema “Capullito de Alhelí”. Ese día escuchamos esa canción (porque yo empezaba con los ensayos en Carlos Paz). Lo miré a mi papá y le dije “quiero que mi personaje se llame Alhelí”. Ahí empezó este camino tan hermoso.
¿Cuándo crees que se dio el boom de tu personaje de Payasa?
Creo que fue creciendo, no creo que hay un momento clave o bisagra. Creo que la palabra “éxito” viene de “existir”. Todo el tiempo tengo la certeza de que nací para ser payasa, docente y potenciar la sensibilidad en la gente (no solamente en los niños). Es algo que me genera muchos resultados positivos.
¿Cuáles creés que son los condimentos necesarios para trabajar con público infantil?
Son absolutamente todos (risas). Creo que trabajar con el público infantil y saber que todos ellos van acompañados por adultos, requiere de manejar todas las técnicas y recursos teatrales. Estoy convencida de que el adulto también se tiene que divertir, enganchar y potenciar su imaginación en la obra de “La Payasa Alhelí”, para volver a llevar a su hijo/a. Además, el niño tiene una respuesta inmediata. A los 3 segundos de empezar el espectáculo ya decidió si lo que está viendo le gusta o no. Alhelí tiene una energía tan genuina y elevada que siempre moviliza a todo el público.
¿Qué propuestas de shows vas a traer para la temporada de verano? ¿Vas a estar dando funciones en Carlos Paz?
Este verano voy a estar en el Teatro del Sol de miércoles a domingos 20.30hs. Estrenamos el 1 de enero la obra “Vení a Jugar”, que es súper innovadora. El público me va a tener que ayudar a encontrar un tesoro a través del escaneo de códigos QR, que nos van a llevar a 3 desafíos distintos para encontrar una solución. Es el primer show en toda Argentina que va a utilizar la tecnología como revelación e incentivo.
¿Qué mensaje querés dejar en los niños y niñas de la Payasa Alhelí?
Que confío en su inteligencia emocional y percepción. Que existe la dualidad de confiar en la magia y que los súper héroes son humanos disfrazados. No me gusta esconderme atrás de Alhelí, porque el niño sabe que nosotros, somos los encargados de salvar al mundo. Los payasos, payasas y súper héroes, somos seres humanos que nos ponemos un traje para hecer que el mundo brille más. Creo que esa evidencia de mostrar la verdad y quién soy, hace que el niño confíe en mi trabajo y profesión.