Por: Lic. Javier Alday
La tradicional Pizzería y Lomitería “Picapiedra“, ubicada en Av. Monseñor Pablo Cabrera 3101 está de fiesta, ya que celebra su 19 aniversario. Julio Álvarez le brindó una entrevista exclusiva a EXPRESIÓN NORTE, para contar sobre el recorrido de su negocio.
¿Cómo fue el nacimiento de “Picapiedra”?
Antes de que yo comprara el negocio, en este mismo local ya existía una pequeña pizzería que funcionaba tan solo al 20% de su capacidad, porque ni siquiera tenía delívery. Esto fue una pequeña ventaja, por lo que el mismo día que firmé el contrato, comencé a vender. Nunca había tenido una pizzería y lomitería, por lo que todo esto era un rubro nuevo y, a pesar de mis nervios, pude adaptarme rápidamente.
A partir de ese momento, comenzó un rápido proceso de evolución… ¿No?
Empezamos tan solo con un pizzero que al poco tiempo se fue y lo reemplazó otro que estuvo durante diez años en el local. Pero los primeros tiempos fueron muy duros, porque yo era “el que pateaba el córner y cabeceaba”; hacía todo yo: Desde cocinar hasta el reparto. Éramos dos personas que hacíamos todo… Algunas veces, mi mamá me ayudaba a hacer la carbonada de las empanadas. Era todo muy a pulmón. Al tiempo, incorporé un lomitero y de a poco seguí incorporando más gente. A los tres años, el local fue un boom porque se fue “para arriba” y la cantidad de ventas era tanta que me sobrepasó. ¡Llegué a tener diez empleados!
¿Cuáles fueron las claves que permitieron festejar 19 años de vida?
Actualmente, el local está abierto de lunes a lunes, inclusive días feriados, durante el mediodía y la noche. Este es uno de los secretos de nuestras ventas… no cerrar nunca el negocio. A su vez, yo, como dueño, siempre he puesto “el pecho” trabajando a la par de mis empleados cuando fue o es necesario. Nunca voy a cerrar el negocio porque falta el pizzero o el lomitero… en la actualidad, sigo haciendo todo cuando es necesario, porque nunca dejo de entregar un pedido. Por último, acá formamos un muy buen equipo de trabajo, en el que siempre estamos para ayudarnos cuando hace falta y todos saben hacer el trabajo de todos. Agradezco siempre a mis empleados, quienes son los que se ponen el local al hombro: Mariano, Lili y Vero; como también a mis clientes; y a mis hijos Valentina y Lautaro por ser incondicionales.
A lo largo de estos años, ¿hubo cambios o variaciones en cuanto a las preferencias gastronómicas de los clientes?
Durante estas casi dos últimas décadas, el gusto de la gente ha variado, pero no en esta zona. En otros sectores de la ciudad la gente pide los sándwiches con bacon, queso cheddar y un montón de variedades nuevas. Sin embargo, en este sector, los gustos son más conservadores; en el caso de Picapiedra, tenemos los mismos productos que hace 19 años atrás. Lo único que hemos incorporado como “diferente” es el lomito de molleja. Por otro lado, la mayoría de la gente del sector no nos pide comida para “darse un gusto”, sino por necesidad, generalmente porque llegan tarde del trabajo y no tienen nada para cocinar.
¿Por qué “Picapiedra”?
Cuando yo era chico veía a Los Picapiedra y me gustaba mucho. El nombre me encantó y me encanta; porque también lo relaciono a los hijos de Pedro Picapiedra, en relación a mis propios hijos. Siempre asocio a este comercio con mi hijo, porque él nació el mismo año del negocio. Por lo tanto, veo el crecimiento de él a la par de mi negocio… Él se crió en este lugar.-
Más información: Tel. 4764664 ó 4765311