Santiago Gonelli: El coleccionista de camisetas que ya tiene 300 y vive en Ushuaia

Tiene 35 años, es periodista e hincha de Boca. Si bien el nació en la provincia más sureña del país, tiene una cercanía muy grande a la zona norte cordobesa: su mamá es de barrio San Martín y por ese motivo, él vivió desde el 2004 hasta el 2015 en nuestra provincia.

Coleccionista

Santiago Gonelli descubrió su pasión cuando tenía tan sólo 8 años. Desde ese momento hasta ahora, no dejó de coleccionar camisetas de todos los equipos y en su haber cuenta con más de 300. En una entrevista con EXPRESIÓN NORTE, el coleccionista contó como comenzó este gran amor y su gran relación con el Club Huracán de La France.

¿Cómo es tu relación con la zona norte de la ciudad de Córdoba?

Mi madre es nacida en Córdoba Capital. Más precisamente, en el barrio San Martin. Yo nací en Ushuaia en el año 1986 y desde ese momento hasta mi adolescencia viajaba todos los veranos en auto hasta la docta a pasar las vacaciones y compartir con la familia.

¿Por qué tenés un sentimiento especial por Huracán de B° La France?

Soy bisnieto de Severo Rojo, ex presidente de la institución luminosa y sobrino nieto de Vicentito Rojas, arquerazo mítico del verdeamarelo.

¿A qué edad empezaste a coleccionar camisetas? ¿Por qué decidiste hacerlo?

Desde muy pequeño, 8 años tenía cuando comencé. Me gustaba mucho el fútbol y me llamaban la atención los diseños y colores de las camisetas. Me gustaba (y aún me gusta), estar vestido siempre con alguna distinta.

¿Cuáles fueron las primeras que tuviste? ¿A todas las compras o de qué manera las conseguís?

Las primeras fueron de la Selección, Boca y Belgrano (ya que mi familia cordobesa es hincha del pirata). Desde pequeño hasta los 20 tantos que empecé a trabajar siempre pedía en navidades o cumpleaños que me regalaran camisetas. Desde que me mantengo solo me las auto regalo (risas).

¿Cuántas tenés en total? ¿Cuál es la más rara y la que más te costó conseguir?

Tengo al rededor de 300 camisetas. La que más me costó conseguir fue la alternativa de Boca de la Copa Mercosur del año 2000, una que es gris con azul. La más rara por el país más ignoto es una del Shangrai United de Malasya.

¿Qué significa tu colección de camisetas para vos? ¿A dónde las tenes? ¿Cuáles son tus preferidas?

Significa mi hobby más querido, y que le inculcó a mi hijo. Él será el heredero, por supuesto. Las tengo en un perchero con 150 perchas y las voy rotando. Mis preferidas son la de Boca del 91′, la de Argentina del 94 azul (que es con la que Diego hizo su último gol), y la de Belgrano del 92′, que fue utilizada por el Chiche Sosa.

¿Qué anécdotas o curiosidades nos podes contar?

La anécdota más linda es justamente sobre el Chiche Sosa. Me gustaba mucho su juego desde chico, y mi tío que era muy hincha del pirata y colaboraba en el club pudo meterse en el vestuario luego de un partido oficial y pedirle la camiseta. Él se la regalo a mi viejo y luego la herede yo, cuando comencé con esta locura de coleccionar.

¿Con las de Huracán tenés alguna historia en particular?

A las del centenario queríamos tenerlas sí o sí, tanto yo como mi hijo, sobre todo por nuestro querido abuelo Severo.

¿Qué camisetas soñás con tener?

Una oficial del mundial 86′, pero es imposible (risas).

¿Cómo definís el amor por las camisetas en pocas palabras?

¡Un amor muy sano y divertido! Lo recomiendo a todos los futboleros, sobre todo si las usan mucho. No las coleccionen para tenerlas colgadas, hay que usarlas a todas y disfrutarlas.