Teresa Altamira: su solidaridad superó la barrera de su enfermedad

Tiene 77 años y desde que comenzó a padecer una enfermedad silenciosa, decidió ponerse a tejer para recuperar su memoria, y a la vez ayudar a quienes más lo necesitan.

Por Casandra Quevedo

Hay historias que emocionan por la capacidad de “encuentro” y “beneficios” que generan. Este es el caso de la vida de Teresa Altamira, una mujer cordobesa de 77 años. Durante el año pasado y en medio de la pandemia, su hija Mariela notó que comenzaba a olvidarse de algunas cosas. Rápidamente buscó una forma de ayudarla.

“Con la pandemia empecé a sentir que cada día era peor su deterioro mental. Ella estaba acostumbrada a ir a hacer las compras a ir al gimnasio todos los días. Por eso tenía que buscarle de hacer algo, por su mente. Y como tejer es algo que a ella le apasiona le empezó a realizar como un ejercicio”, confesó la hija de la mujer solidaria.

Mariela Castro también explicó que el alzheimer es una enfermedad silenciosa, que da mucha pena a los seres queridos de quienes lo padecen porque “están físicamente sanos, pero en su discurso es donde nos damos cuenta de que su cerebro no piensa correctamente”.

39 cuadraditos llenos de dedicación

La mejoría en la memoria de Teresa gracias al tejido, se convirtió también en una solución para las personas más necesitadas de la provincia. La mujer de 77 años había aprendido a tejer desde los 16 años y su pasión fue tan grande, que su memoria no le falló a la hora de recordar como tejer cuadraditos para colaborar realizando frazadas solidarias.

Además, el hecho de que era para niños carentes de recursos, la motivo a tejer con ganas. Ella desde hacía muchos años (antes de su enfermedad), asistía a “la campaña de la frazada” que se realizaba en la Vieja Usina (Ahora Plaza de la Música). Hasta el momento ya lleva tejidos 39 cuadraditos y continúa tejiendo para seguir sumando frazadas a la campaña “Tejido Solidario” de la Defensoría del Pueblo.

La campaña cordobesa para sumar cuadraditos de lana

El programa de Pasantías y prácticas de la Defensoría del Pueblo comenzó hace 5 años. Como función, tiene la de acompañar y asistir en todo el proceso de recolección de lana, tejido y armado de las mantas que luego serán entregadas a los destinatarios. Con el paso del tiempo se fueron sumando distintas instituciones y escuelas, como el Ceferino Namuncurá de B° La France.

A propósito de esta gran iniciativa solidaria, Claudia Filippi (Lic. en comunicación social
y coordinadora en el programa de Pasantías y prácticas de la Defensoría del Pueblo)
resaltó la importancia de la palabra “encuentro” dentro de este proyecto que se
está llevando a cabo desde distintos sectores y al que se suman personas tan enriquecedoras como Teresa.

Tanto las personas que forman parte de la Defensoría del Pueblo, como la mujer de 77 años, tienen como deseo que sean muchas más las personas que se sumen a tejer y colaboren con un cuadradito de 20×20, porque por más que su tamaño sea pequeño, la ayuda que puede brindar es enorme.