Por Casandra Quevedo
Este lunes por la noche llegó la lluvia que tanto se estaba esperando para las Sierras de Córdoba. Las impresionantes imágenes de los bomberos bajo el agua fueron la insignia de una jornada épica. Para el alivio de los vecinos y los trabajadores, no quedaron focos activos, aunque si un gran riesgo de incendios, por lo que se debieron mantener las guardias de cenizas.
Detrás de la gran labor de los bomberos voluntarios de toda la provincia, también se encontró la de los investigadores y ambientalistas que fueron siguiendo cada rastro del fuego para dejar asentado cuántas fueron en total las hectáreas quemadas y el daño provocado.
Este trabajo de meses, fue realizado por investigadores y estudiantes del doctorado del Instituto Gulich, CONAE UNC (Comisión Nacional de Actividades Espaciales), la Conicet y ANPCyT; en el área referida al fuego. Específicamente, la tarea que realizaron fue la de ir mapeando con imágenes satelitales todas las regiones que se fueron quemando en las Sierras de Córdoba hasta el 11 de octubre.
El doctor Juan Argañaraz, uno de los investigadores, comentó: “Lo último actualizado que tenemos es hasta el 11/10 con un total de 250.200 hectáreas afectadas. Pero acabo de ver un informe en los medios que indica que ya son 315.000”. Cecilia Naval, bióloga y una de las estudiantes del doctorado, agregó que este mapa registra sólo lo que se quemó en las Sierras de Córdoba, y que no tuvo en cuenta los incendios del resto de la Provincia.
El trabajo en las áreas afectadas deberá continuar, ya que varios especialistas de la provincia señalaron que después de las lluvias va a haber haber problemas con la calidad de agua. Las precipitaciones pueden arrastrar las cenizas, perjudicando tanto a los lagos como a los ríos. Las Sierras de Córdoba tardarán en recuperarse y es necesario la colaboración de todos los cordobeses en los próximos meses.