Por: Lic. Javier Alday
“A mis abuelos siempre les ha gustado el folclore, desde jóvenes. Ellos fueron quienes me mostraron este mundo”, afirmaba Ezequiel, al recordar sus primeros pasos en la danza tradicional: “Fue mi abuelo quien me dio la posibilidad de ir a una academia para aprender malambo. Mi primera clase fue un 21 de julio del año 2009. Desde ese día, me encantó la propuesta y seguí aprendiendo hasta el día de hoy. Con el paso del tiempo, mis hermanos se sumaron”, expresó.
El grupo de la academia que lo acobijó desde un inicio hasta el día de hoy, se llama “Sentir-lo Argentino”. “Personalmente, competí a nivel provincial en la categoría Malambo y fui campeón en el año 2016 y 2017, pero en otros años he quedado en 3° puesto. A nivel Nacional, también en Malambo, salí campeón en 2019. En cuanto a grupal, también salimos campeones provinciales nacionales. Por otro lado, a principios del año 2020, bailé en el Pre Cosquín y en la apertura formal de la cuarta noche del festival, sobre el escenario mayor. Eso fue inolvidable”, comentó el Rey del Malambo de la zona norte.
“Me encanta bailar y viajar”
Lograr niveles tan altos, requiere mucho trabajo y ensayo previo, ¿verdad?
Sí, mucho. Al asistir a una competencia, nos exigen posturas y pasos de baile específicos. Los zapateos bien hechos a tiempo de ritmo y los pases a compás. Las “mudanzas” son claves en la evaluación; es decir, los zapateos en el folclore, los cuales pueden durar entre 3 y 10 minutos en las competiciones, según de cuál se trate. En nuestro caso, hacíamos también muchos ejercicios cardiológicos. La preparación física era intensa y por momentos estresante. Los ensayos suelen ser de lunes a viernes de 18 a 22hs.; y sábados y domingos desde las 15hs. hasta horario indefinido. Cuando finalmente el día de la competencia llega, se puede decir que es “el día más tranquilo”, porque lo intenso ya pasó antes… al momento de bailar, uno sólo debe estar concentrado y no pensar en el jurado ni en el público.
¿Qué proyectos tenés?
Me gustaría seguir bailando por muchos años más. Pero a finales de este año, me iré a vivir a Buenos Aires durante dos años y, en ese tiempo, no podré seguir ensayando. Pero cuando regrese a Córdoba, lo primero que haré será retomar el baile. La verdad que me encanta lo que hago; de hecho, cuando vamos a una Peña, mi familia y yo no nos aburrimos, porque nos gusta mucho la música folclórica y, además, bailamos.
¿Qué significa para vos la danza?
No solo el baile en sí, significa mucho para mí, sino también el hecho de poder viajar por toda la provincia y el país… ¡Eso me encanta! El baile me da la enorme oportunidad de poder viajar y eso es muy bueno.