¿Cómo descubriste tu vocación como artista?
Mis comienzos fueron cuando estudiaba teatro en el
seminario Jolie Libois, del Teatro Real. Un día
decidí ponerme la nariz y un traje gracioso que me
hizo mi mamá. Con mis amigos Sergio Navarro,
Raúl Leiva, Emiliano Morales y mi primo Alejandro
Cuetto comenzamos a hacer funciones en las
plazas. En el seminario conocí la historia de la
Comedia de Arte, de los primeros bufones y
arlequines que en Italia divertían a reyes y viajaban
de pueblo en pueblo. Entonces, me pareció una
buena idea hacerlo en las plazas, campings y
colonias de vacaciones en el verano en Traslasierras.
La diversión era para todo el público, pero
tenía más llegada en los niños.
¿Cómo nació el Payaso Patolín?
Me anoté en el Centro Cultural San Vicente en el
taller de Títeres que dictaba Graciela Castro, quien
junto a Miguel Iriarte, eran referente del Teatro de
Córdoba. Ella me dijo: “Por qué no te armás un
retablo de títeres, eligen una buena obra y te vas por
las plazas, centros vecinales, jardincitos y escuelas
difundiendo el teatro para niños ella vio que ahí
tenía más llegada”. La idea fue excelente y la tomé.
Un amigo, Pablo Daga -hermano de Julieta Daga,
gran actriz de Córdoba- me dijo una tarde: “¡Vos sos
Patolín!”; y ahí recibí mi bautismo de payaso.
Patolín es un payaso, director, presentador, noble,
bueno y gracioso que mantiene el orden en escena
de los líos que arman sus payasos amigos. Así,
comencé andando por todos lados con mi bicicleta
blanca, mi mochila con pandereta, bocina graciosa
y un títere grande, presentador de mis funciones
llamado Zeta. Los chicos lo adoraban y comenzaba
con Zeta el inicio de mis funciones.
¿En qué espacios se presenta Patolín?
En las plazas, centros vecinales, colegios, colonias
de vacaciones, en el Hospital de Niños y geriátricos.
Mis presentaciones tienen obra de títeres,
murga, magia, juegos recreativos y globología.
También me encantan las campañas solidarias. En
este momento estamos en una campaña con Canal
12, Futbol Infantil y Soles Voluntarios de Niños
Oncológicos del Hospital de Niños, juntando
juguetes en el mes de Agosto para llevar al Hospital.
Varias veces al año voy con mi valijita de títeres y
mi personaje Patolín a llevar sonrisas a los niños, en
especial a la Pastilla 200, donde están los nenes
oncológicos (Leucemia) que son mis preferidos.
También colaboro con los comedores “Risas
Contagiosas”, la “Fundación Litro de Leche” y
Geriátrico de Marqués de Sobremonte. Con esos
abuelitos hermosos, en estos lugares, llevo mi grupo
de murga y clown Betuclown de la cual soy
Director. Nuestro show se llama el “Circo de los
Batus”: Show con murga, malabares, acrobacias.
Magia y títeres.
¿Qué cualidades se necesitan para ser un buen
payaso?
Como persona: un temple de tranquilidad, paz,
bienestar personal. Como payaso: alegría, simpatía,
bondad y, sobre todo, gran corazón. Para llegar a los
chicos, hay que tener recursos que llamen su
atención. Yo me pongo la nariz y me transformo en
Patolín, como Carl Kent en Súperman, Leo Díaz en
Batman y Peter Parker en Hombre Araña… me
siento como ellos, un súper héroe de los niños. El
traje de payaso, mis títeres, mis instrumentos de
percusión y trucos de magia son indispensables para
atraer su atención. Es increíble que aun hoy con la
tecnología como está instalada en los niños. Yo
llegué a una plaza, armé la casita de títeres y pongo
el cartelito “Hoy función de títeres” y tengo a mis
niños espectadores esperándome. Esa magia está
intacta, no se ha perdido.
Sos papá… ¿Aprendés de tu hija para desarrollar
tus rutinas y presentaciones?
Soy papá de una niña hermosa llamada Rosario y
ella me enseña todo el tiempo como tener más
llegada con los niños y ensaya conmigo mis rutinas
de circo. Hago una batería de chistes. Cuentos,
ritmos de percusión y bailes y ella me marca cuál
tiene más llegada en los chicos de su edad y ahí
selecciono y armo el show. Ella hace tela, acrobacia,
gimnasia rítmica y comedia musical. Todo el tiempo
me tira bocadillos para armar la función.
¿Qué mensaje te gustaría dejar a tu público?
Mi mensaje para los niños es que sean felices, que
jueguen, que compartan juguetes, se rían, vayan a un
parque, a una plaza de juegos y vean los títeres y
payasos. Que vayan al cine, al teatro callejero con los
artistas que le quieren regalar una sonrisa, que sumen
estos momentos y no le dediquen tanto tiempo a sus
tablets, computadoras y celulares. A los papas, que
les dediquen más tiempo a sus hijos, que jueguen con
ellos, que hablen con ellos. Que no le den el celular
para que los deje de molestar mientras
desayunan. En el almuerzo, en la cena, son momentos
para la familia; no dejen nunca de tener ese niño
interior que todos llevamos siempre en el corazón.
Facebook Daniel Batuclown – Instagram: Batuclown