Un trabajo de investigación dirigido por Mariana De Santis (investigadora de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNC y del Centro de Investigaciones y Estudios sobre Cultura y Sociedad UNC/Conicet), y que se encuentra dentro del área de “economía de la salud”, reveló cuánto creció el consumo de alcohol durante una década en Argentina.
Datos previos
Esta investigación se basó en un estudio que había realizado el INDEC. Para comenzar, el objetivo era medir la evolución de la ingesta de alcohol en la población argentina desde el 2009 al 2013, y desde este año al 2018. Lo que buscaba saber el nuevo estudio de la UNC era si ese porcentaje se había modificado con el paso de los años, en qué medida, y si afectaba más a un estrato social que a otro. Cabe destacar que las investigaciones previas decían que el problema afectaba mayormente a sectores con menores recursos económicos.
El trabajo requirió identificar qué porcentaje de personas consumen alcohol y, entre ellas, cuántas presentan un patrón de ingesta nociva. Para eso, utilizaron como referencia el “consumo episódico excesivo” (cuando el nivel de alcohol en sangre alcanza niveles muy altos en un corto plazo y puede provocar mareos, náuseas o desmayos).
Consumo episódico excesivo
Al consultarles si habían consumido alcohol en el último mes, el 53% de varones y mujeres mayores de 18 años reconoció haber consumido alcohol en el año 2009. En el 2013, ese porcentaje ascendió al 54%; y en 2018, bajó nuevamente al 53%. Pero el dato más relevante se dio al constatar que en 2009 el 16% de las personas que ingirieron alcohol tuvieron un consumo episódico excesivo, mientras que en el 2013, el porcentaje fue del 19%, y en 2018, creció al 24% (sin distinción de segmento socioeconómico).
Además, De Santis sumó otro dato: “Si desagregamos por género, el consumo es mucho más alto entre varones: un 66% de ellos en 2018, contra un 43% de mujeres que declaró haber bebido, aunque sea una copa, en el mes previo a la encuesta”.
Resultados finales
Las conclusiones finales del estudio fueron claras: “Lo interesante es que en las tres ondas (2009, 2013 y 2018), el consumo de alcohol se mantuvo. Pero las proporciones de consumo episódico excesivo aumentaron mucho. En varones pasó del 23% en 2009, al 31% en 2018. Y en mujeres saltó del 7% en 2009, al 15% en 2018”, describió la investigadora.
El cuanto al grupo etario con mayor porcentaje de consumo, es el de jóvenes de 18 a 24 años. Por último, la directora afirmó: “Ya no importa si sos una persona rica o pobre. Estadísticamente, no se puede afirmar que el consumo nocivo entre la población entre 18 y 34 años esté asociado al nivel de ingreso. Emborracharse de este modo no es privativo de ningún sector socioeconómico. Para 2018, vemos con preocupación que en la franja de jóvenes es un hábito transversal de toda la sociedad”.
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