El vasto universo infantil es tan puro como infinito. La imaginación de un niño no tiene límites, si quieren pueden volar, si lo desean podrán viajar hasta la luna o bien recorrer todo el planeta en bicicleta en cuestiones de segundos. En su mundo no hay reglas, solo búsqueda de diversión. La escritora cordobesa Mar Di nos trae un pedacito de su mundo, el que transitó de niña pero con palabra de adulto, aunque sin perder esa esencia que nos atraviesa y conmueve de la niñez. Esa etapa tan prolífera que vivimos y que, nostalgia mediante, extrañamos con frecuencia.
En “Cuentos que riman, rimas que cuentan”, Mar Di consigue transmitir anécdotas divertidas y valores a partir de las acciones de insectos y animales. Ellos espían, se ríen, organizan un picnic, aprenden un idioma. De esta manera, ponen en práctica sus cualidades y aprenden a reparar sus defectos, tal como lo hacemos las personas.
Entre la rima y el relato, cada una de estas páginas es una propuesta para grandes y pequeños: volver al camino del juego y la imaginación, permitirse el disfrute al recorrer este mundo imaginario, rítmico y colorido.

Marina Belén Díaz nació en la ciudad de Córdoba, en el núcleo de una familia numerosa. Siempre tuvo un espíritu curioso y, junto a su abuela, recitaba poesías. Las rimas y los cuentos acompañaron su infancia.
En la adolescencia, la escritura fue su refugio, su espacio y contención. La maternidad le abrió un universo complejo, enredado, amoroso y vibrante. Eran tantas las emociones que atravesaba su yo más profundo que su esencia necesitaba salir a gritar. La escritura renació en ella como salvación.
Poco a poco, el acunar, el acompañar, el ser sostén de un bebé le recordaron esos poemas con su abuela, las rimas con su mamá, los cuentos de la infancia que tanto tenían por contar. Y, casi sin parpadear, estaba creando animales que hablaban, mundos de cristal, ficticios, que se sentían dentro tan reales.
Expresión Norte dialogó con la autora cordobesa, quien nos cuenta de sus inicios y de su camino en el universo literario de las infancias:
¿Cómo comenzaste en el mundo de la literatura infantil?
Todo empezó con la llegada de mi primer hijo, Francesco. Siempre escribía, especialmente en la adolescencia; lo hacía porque eso me aliviaba, me llenaba y me acompañaba. Al comenzar los estudios universitarios y el trabajo, la escritura fue quedando de lado. Hasta que, el día que me convertí en mamá y empecé a acunar, a acompañar el crecimiento de mi hijo, fui rodeándolo de canciones y rimas que iba inventando mientras construíamos nuestro vínculo. Empecé a grabarme, a anotar ideas y así nacieron las primeras rimas infantiles, que continuaron con mi segunda hija, Indira. Ellos han sido mi fuente de inspiración.
¿Cómo llegó la escritura a tu vida?
A partir de la lectura. Al leer, desde muy chiquita, me sentía conectada con otras historias. Me sentía acompañada y entendida por saber que había otros que también sentían cosas que sentía yo, y creo que es algo universal. A partir de las rimas y cuentos que me contaban en la infancia mis padres y mi abuela, me enamoré de la lectura y, cuando leí la frase de George R. R. Martin que dice: “Un lector vive mil vidas antes de morir. El que nunca lee solo vive una”, me sentí atrapada por la sensación de poder vivir mil vidas a través de los libros y, más aún, al pensar que yo también podía crear esas otras vidas.
¿Qué encontrás en el mundo infantil que no hay en otros públicos?
La magia de jugar con las palabras, creando imágenes fantásticas, mundos de ilusión y un espacio seguro en donde ellos también pueden soñar. Al no buscar lógica en las cosas, se entregan a la experiencia y eso, les permite realmente disfrutar la literatura. La fantasía es ley, y ese, es mi segundo nombre.
“Cuando leí la frase de George R. R. Martin que dice: ‘Un lector vive mil vidas antes de morir. El que nunca lee solo vive una’, me sentí atrapada por la sensación de poder vivir mil vidas a través de los libros y, más aún, al pensar que yo también podía crear esas otras vidas”
¿Quiénes son tus referentes?
Maria Elena Walsh, Roald Dahl, Ema Wolf, Maria Laura Dedé, entre otros.
¿Qué vamos a encontrar en tu libro “Cuentos que riman, rimas que cuentan”?
Cuentos cortos, que juegan con el ritmo en las palabras, que quienes quieran hasta le pueden poner música y así narrarlos en forma de canción a los más pequeños. Todos los personajes son animales, pasan por distintas situaciones graciosas y que siempre enseñan.
¿Qué proyectos tenés para el futuro?
Ya estoy escribiendo mi segundo libro para el público infantil, pero quizá para niños un poquito más grandes, ya que la historia tiene una trama más larga. También deseo seguir desarrollándome en el mundo de la escritura, continuar con la poesía, que también me acompaña y me completa.
En cuanto a actividades, este mes de febrero participaré en la Feria del Libro Virtual de España, en abril estaré en la Feria del Libro de Buenos Aires y también en la Feria del Libro de La Granja.
¿Cuánto de Mar Di, con respecto a vivencias y sensaciones hay en tus creaciones?
Absolutamente todo. Soy a través de la escritura. Siempre juega mucho la fantasía, pero muchas veces es solo verdad algo disfrazada.
¿Cómo es tu proceso creativo?
Soy bastante reacia a las rutinas. Las veces que me siento a escribir solo por cumplir con hacerlo, normalmente no me sale nada. Uso esos espacios para leer, capacitarme y aprender cosas que me sirvan para nutrir historias.
Me pasa que las ideas, reflexiones más profundas o rimas me salen mientras juego con mis hijos o mientras estoy haciendo cualquier actividad que no requiere de mi pensamiento, como, por ejemplo, lavar los platos. Si no estoy pensando o haciendo algo que requiera mi atención y estoy relajada, las ideas me vienen solas y entonces empiezo a escribir, y ahí ya no puedo parar, las palabras van saliendo. A veces me viene tan de golpe que me grabo para no olvidarme, y luego lo paso a la compu y lo edito.
“Soy a través de la escritura. Siempre juega mucho la fantasía, pero muchas veces es solo verdad algo disfrazada”
Más info: @mar.di_escritora