Se quedaron sin trabajo y construyeron mini casas de alquiler

Javier Monzón y Rocío Britez transformaron una situación desfavorable en oportunidad y crearon el Refugio Santa Isabel, una serie de tiny house o mini casas ubicadas en Chapadmalal. Dando riendas a sus sueños, la pareja de emprendedores ya piensan en un cuarto espacio para ampliar el refugio

 

Javier Monzón y Rocío Britez son una pareja de emprendedores que comenzaron a construir casas de alquiler en Chapadmalal. Ambos dirigían una empresa de eventos que ofrecía servicios para festivales, colaboraba con grandes cadenas de hoteles y llevaban a cabo ambiciosos proyectos en los principales shoppings de Buenos Aires, pero como a tantos otros, la pandemia les cambió los planes de un día para otro, arrebatándoles su fuente de ingresos.

Lejos de rendirse, decidieron adelantarse a sus sueños y emprender viaje hacia Chapadmalal. Sin dinero ni un modelo de negocios, pero con inquebrantable determinación, convirtieron literalmente la adversidad en oportunidad. Así dieron el primer paso para concretar el Refugio Santa Isabel.

Fotos: @refugiosantaisabel
Fotos: @refugiosantaisabel

Tiempo antes habían construido una tiny house o mini casa en aquella localidad costera de la provincia de Buenos Aires, en busca de una vida más tranquila. Con sus propias manos crearon un espacio con el que soñaban y reutilizando material de demoliciones. Y así también la idea de crear a futuro un refugio con mini casas para alquilar empezaba poco a poco a tomar forma.

Impulsados por la firme idea de una rutina más simple y tranquila, comenzaron el emprendimiento reutilizando materiales recuperados que fueron aprovechados para diseñar los muebles y las terminaciones de cada una de las “miniaturas”.

Fotos: @refugiosantaisabel
Fotos: @refugiosantaisabel

Ellos no solo idearon el diseño arquitectónico, también se encargaron por completo de la construcción, el ensamblaje de los muebles y la decoración. Si bien no siguen un patrón, las tres  “tiny house” actuales tienen un tetris funcional, con estilos bien distintos: “Una más playera, por los colores, los acabados y los muebles; otra es más industrial porque está construida con muchas maderas duras y hierro, y la tercera tiene un estilo más minimalista”, pormenoriza Britez al portal Economía Sustentable.

Fotos: @refugiosantaisabel

Así llegó el Refugio Santa Isabel, inaugurado en 2021 con una primera casita, y que ahora cuenta con tres tiny houses en las que reciben a los turistas: una de ellas de 11 metros cuadrados, dicen que es la más pequeña de la Argentina, otra de 15 metros y la tercera, de 18 metros cuadrados. Y ya planean construir una cuarta y superarse en este asunto de la miniatura ya que buscan que tenga menos de 11 metros cuadrados.

Fotos: @refugiosantaisabel

Ubicado en un punto estratégico, a solo cinco cuadras de un mercado local y con fácil acceso desde la terminal de micros, a tan solo 900 metros, los turistas disfrutan de la comodidad sin perder la esencia del aislamiento de una escapada.

Además, para garantizar que cada estancia sea única, “ofrecemos pequeños detalles y sorpresas personalizadas”, prometen. La estadía (mínimo 3 noches) en temporada cuesta $120.000 y, para quienes quieran quedarse más de 5 jornadas, ofrecen descuentos más allá de las promociones a lo largo del año, que llegan a alcanzar hasta un 50%.

Fotos: @refugiosantaisabel
Fotos: @refugiosantaisabel

Las casas del futuro

Una tiny house o mini casa es una vivienda de dimensiones reducidas, en general menor a 35 metros cuadrados. La principal característica es que se aprovecha al máximo el espacio en vertical. El movimiento de las tiny houses está creciendo a medida que más personas se sienten atraídas por su estilo de vida minimalista, su relación calidad-precio y su sostenibilidad medioambiental. 

Fotos: @refugiosantaisabel

Estas viviendas usan aproximadamente el 7% de la energía que usa una casa tradicional y su  precio promedio en Argentina ronda los USD 30.000 (aunque con pago al contado pueden comprarse a USD 25.000), lo que representa un alto porcentaje más barato que el precio promedio de una casa normal. Están diseñadas para durar tanto, o más, que las casas tradicionales y permiten liberarse del exceso de consumismo, ya que disminuyen considerablemente el costo de almacenar, comprar y reponer artículos.

Fotos: @refugiosantaisabel
Fotos: @refugiosantaisabel

“Una tiny house no es un dormi, con una cama y una mini mesita de luz; una tiny tiene que tener todo el confort comprimido en medidas reducidas para ser habitada y vivir con todo el equipamiento necesario”, explica Javier para Clarín.

Funciona como un alquiler tradicional así que la estadía no incluye desayuno. Casi toda la gente llega por redes sociales, pero también trabajan con plataformas de alquiler online como Booking.

Fotos: @refugiosantaisabel
Fotos: @refugiosantaisabel

“Está todo pensado para que no falte nada, hicimos todo, desde la construcción de la casa hasta los muebles, así que cada detalle está pensado por nosotros para que sea funcional y cómodo”, señala Javier.

Fotos: @refugiosantaisabel
Fotos: @refugiosantaisabel
Fotos: @refugiosantaisabel
Fotos: @refugiosantaisabel

Más info: @refugiosantaisabel