La mañana del 17 de octubre arrancó con el humo que ascendía desde las parrillas instaladas en la Cortada Israel, frente al Mercado Norte, donde el aroma del cabrito cocinándose a fuego lento anunciaba que la competencia no era solo cuestión de sabor, sino de pasión, historia y tradición. Las mujeres asadoras encendieron sus fogones alrededor de las 10hs., tal como se programó para dar comienzo a esta jornada que celebraba tanto el oficio como la camaradería.

Desde distintos rincones de la provincia y del país llegaron las duplas para medir fuerzas: las localidades estaban señaladas, los delantales listos, las brasas al rojo vivo. La convocatoria oficial hablaba de doce duplas femeninas representando localidades como Mina Clavero, Morteros, Altos de Chipión, Balnearia, Córdoba Capital, Agua de Oro, La Bolsa, Los Cedros, La Paquita y La Salada, entre otras localidades. Pero el entusiasmo se sintió en cada rincón, y si bien se consignaron seis duplas en la crónica previa, fue un universo más amplio el que se dio cita, mostrando que el certamen va más allá de la competencia: es visibilidad para quienes históricamente tenían menos espacio en la parrilla.

Alrededor de ese escenario, hubo también clases magistrales abiertas al público, impartidas por el equipo de la Escuela Celia: se enseñaron recetas de cocina dulce y salada, panificados y alfajores, mientras el público podía degustar sándwiches de cabrito de manera gratuita. Fue un día de mercado distinto, donde los puestos habituales cedieron protagonismo al espectáculo gastronómico y al intercambio de saberes.

Con cabrito a la parrilla, clases magistrales de cocina dulce y salada, y un ambiente de celebración, el evento se transformó en una fiesta del fuego y la gastronomía argentina.

Fuego, cabritos y talento femenino

El encuentro fue organizado por el Certamen Nacional de Mujeres Asadoras, con el acompañamiento del Gobierno de la Provincia y la Municipalidad de Córdoba a través del Mercado Norte.

Cuando el jurado conformado por figuras como Gisela Moreno (campeona nacional del certamen), Celia Baldor y Luciano Re recorrió cada fogón, lo hizo con atención al detalle: temperatura, corte, sabor, presentación y sobre todo cohesión entre la asadora y fogonera. Las brasas no solo quemaban la madera, también iluminaban rostros, historias de vida y sueños de equipo.

El momento culminante llegó con la entrega de premios. Las ganadoras —Mercedes Ferrería (Asadora) y Silvina Pineda (Fogonera) se alzaron con el trofeo por conjugar estilo, técnica y un notable trabajo conjunto que se tradujo en sabor y elegancia a la parrilla. Su victoria simboliza que el asado es arte y disciplina, y que las mujeres tienen el fogón en la palma de su mano.

Pero el certamen no solo premió: también abrió un espacio para reflexionar sobre la identidad cultural argentina, el protagonismo femenino en ámbitos tradicionalmente masculinos y la importancia de la formación. Fue ocasión para que clubes, escuelas y aficionados vean que el asado puede transformarse en motor de cambio, tanto social como gastronómico.

El certamen reunió a 12 duplas femeninas provenientes de diversos puntos del país, que cocinaron cabrito a fuego lento, respetando técnicas tradicionales, frente a un jurado especializado. Mercedes Filomena Ferrería (asadora) y Silvina Pineda (fogonera), conquistaron al jurado con su técnica, sabor y espíritu de equipo.

La jornada concluyó con aplausos, abrazos y el aroma persistente del cabrito asado, que queda en la piel y en el recuerdo. Y mientras el Sol bajaba, el humo se disolvía, pero el impulso de estas duplas que cocinan, se preparan y se animan, quedó encendido. En Córdoba quedó esta edición especial, que promete ser semilla para futuras ediciones más grandes, más diversas y aún más sabrosas.-

Más info: certamen_nacionalmujeroficial – mercadonortecordoba