Conmovedor: No conseguían productos de higiene para su hijo con autismo y decidieron crearlos

Con el impulso inicial de su hijo crearon Boti-k. La empresa cordobesa ahora exporta al mundo productos de perfumería libres de gluten, sin caseína, conservantes, bactericidas ni químicos.

Autismo

Cuando los cordobeses Ignacio Conde y de Florencia Villamil Delfabro supieron que su hijo Santino fue diagnosticado con autismo severo, con problemas orgánicos (como intolerancia al gluten y a la cafeína) decidieron dar un giro 360° en sus vidas.

Comenzaron buscando artículos de higiene, perfumería y cosmética en el mercado, para que su hijo pudiera usarlos. Se encontraron con una sorpresa decepcionante: no había opciones nacionales, todas eran importadas y por ende, más costosas.

“Cuando nos enteramos del diagnóstico de nuestro hijo empezamos a ser muy cuidadosos con lo que consumíamos. Leíamos todas las etiquetas. Al principio fue la alimentación, después terminaron siendo los productos de higiene y ahí nos dimos cuenta de que no teníamos un jabón que no estuviera lleno de químicos o de perfume muy invasivo. Los pocos que había eran importados”.

Fue ahí cuando decidieron crearlos ellos y surgió la idea de emprender en Boti-k. Sobre el inicio, Ignacio contó que no fue fácil: “Todo lo hicimos de abajo, de cero, porque el mundo está organizado para otro tipo de industria, para otro tipo de comercialización y nosotros vamos a contramano. Somos una empresa con conciencia ecológica; con productos veganos, libres de café y de gluten e hipoalergénicos, que va hacia cero plástico, y todo ese tipo de cosas no las está haciendo nadie en la Argentina”.

En Boti-k lo primero que fabricaron fue el jabón 100% vegetal, y a los dos años empezaron a desarrollar el champú y el acondicionador, los bálsamos labiales y artículos de aromaterapia. Además, cuentan con el aval de ANMAT. Sus productos son libres de petrolatos, testeo animal, derivados de origen animal y de TACC; aptos para piel sensible, bebés, embarazadas, veganos, vegetarianos y celíacos.

Por último, los emprendedores concluyeron: “Boti-k es una carrera de milagros, porque se presentaron montones de imposibles, montones de no se puede, pero terminamos haciendo un producto cuidado, pero no cuidado en el precio, cuidado en la calidad. Sabemos que nuestros productos saludables son el futuro; la tendencia es ir hacia allá, es volver al origen”.