El film que es furor en Netflix y que cuenta con más de 15 millones de reproducciones en todo el mundo, desanda el camino que la periodista cordobesa Bárbara Anderson y su familia recorren en la búsqueda constante de una mejor calidad de vida para el pequeño Lucca, que fue diagnosticado con parálisis cerebral.
Tras su estreno, que ha sido recibido con éxito en gran parte del mundo, posicionándose como lo más visto en las listas de los principales países consumidores de cine, ha generado un fuerte debate sobre la discapacidad, las dificultades que enfrentan las familias en situaciones similares y la falta de políticas públicas que permitan una verdadera inclusión.
El 14 de octubre del 2011, la periodista Bárbara Anderson y el publicista Andrés Bianciotto estaban en un quirófano a punto de darle la bienvenida a su primer bebé, Lucca, cuando la cánula de la epidural que le aplicaron a ella se volteó, y en lugar de anestesiar la parte baja de su cuerpo, fueron sus pulmones y corazón los que perdieron sensibilidad, al punto de que tuvo un infarto y parálisis pulmonar que la dejaron inconsciente con el bebé a punto de nacer.
Como no pudo terminar de pujar, el médico tuvo que sacarlo a la fuerza y no respiró al salir, así que se enfocó en Bárbara, pero otra doctora logró reanimarlo. Sin embargo, los pocos minutos que pasó sin oxígeno bastaron para causarle un profundo daño cerebral.

Lucca estuvo dos meses en cuidados intensivos neonatales, tiempo durante el cual le hicieron varios estudios y así determinaron que los resultados del ‘accidente de parto’ que sufrió serían múltiples incapacidades, entre ellas el habla, la vista, el oído y el movimiento.
Desesperados por ayudar a su hijo con parálisis cerebral, Bárbara lleva a su familia a la India para probar un tratamiento experimental en 2017, con la oportunidad de atender su caso con un médico hindú quien contaba con un tratamiento esperanzador. Sin pensarlo, viajaron a Bangalore, La India, para que el Dr. Rajah Kumar atendiera a Lucca con un aparato llamado Cytotron.

Durante esa travesía familiar en el país asiático, Bárbara comenzó a crear un portal con la historia de su pequeño. La editorial Penguin la contactó para invitarla a escribir un libro y aceptó, así que comenzó a indagar sobre lo que realmente pasó durante la noche del parto, porque hasta entonces ella no estaba enterada de todo.
En diálogo con Cadena 3, donde se desempeña como corresponsal desde México, Bárbara comparte con respecto al film: “Es Muy emotiva, muy necesaria y en mi caso particular muy insólita porque es muy raro verme en la televisión”.
En cuanto al diagnóstico inicial de Lucca señala: “El momento más difícil fue cuando nos dijeron que le hicieron una resonancia magnética en terapia intensiva, recién nacido, y nos dijeron de que no iba a tener ninguna oportunidad, que prácticamente no iba a poder hacer nada en su vida. Estábamos recién paridos, estábamos en una situación muy vulnerable y la verdad es que fue muy difícil. Lo que me sostuvo en pie era pensar que no tenía nadie más que lo sostuviera y que éramos nosotros, y era él, y había que pasar ese duelo y seguir adelante”.

Entrevistada por Perfil Córdoba cuando presentó su libro, Anderson sostuvo que “le dimos la vuelta al mundo sin garantía de nadie, ni del propio científico detrás de este tratamiento 100% experimental. Respiramos hondo y nos dejamos llevar por la ciencia, la innovación, la magia y la mística de ese país. Y por la esperanza, ese ingrediente que en mi familia se cocina de nuevo cada vez que aparece algo en el horizonte. Soñamos que podíamos tener buenos resultados y creímos, con dientes apretados, en eso que soñamos”.
Anderson destacó que “siempre tuve claro que el objetivo era que Lucca mejorara. Pero con el paso del tiempo, me di cuenta que podía llegar más lejos: entonces la inclusión se volvió́ una obsesión. Logramos hasta reformas en leyes y estoy pendiente de la inclusión en todo: para un viaje, para ir al cine, para acceder a los lugares públicos. Sé que a esta lucha no la abandono más”.
Y añadió: “Le prometí́ a Lucca, junto a mi ‘socio de la vida’, Andrés, que íbamos a seguir luchando. No sé qué más voy a hacer. Pero le prometí́ que voy a pelear para que sea lo más independiente posible. Para que pueda hacer casi todo lo mismo que hace su hermano Bruno. No voy a bajar los brazos”.
La película reivindica el derecho a una vida digna de las personas con discapacidad. Es un claro ejemplo de que la perseverancia y el empeño siempre tienen su recompensa.
Pequeño gran actor
Elegido entre más de 200 niños con parálisis cerebral que hicieron la audición para interpretar ese papel, Julián Tello supo darle vida al protagonista del film, Lucca, y ganarse el cariño de toda la audiencia.
Mariana Tello, la madre de Julián, recordó que el pequeño no movió las piernas durante sus primeros momentos de vida, por lo que fue llevado a un neurólogo. Así, a los 8 meses de edad, fue diagnosticado con parálisis cerebral.
Sobre la experiencia de grabar durante 20 días en la India, el joven actor señaló: ”Me gustó la cultura, pero no tanto la comida. Extrañaba la mexicana, así que en el hotel nos daban pizza y pasta”.
Hoy, a sus 11 años de vida, Julián cursa cuarto grado de primaria, disfrutando de sus clases de español y lectura y mostrando un interés especial por la actuación.
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Más info: @ba_anderson