Donar médula: un proceso simple que regala vida

En esta nota te contamos la historia de Gabriel y Henrique, donante y receptor de médula ósea.

Médula

“Yo les digo a todos que se animen, que se inscriban, el proceso de donar médula es muy sencillo pero el resultado es impresionante. Le cambias la vida a tanta gente, no solo al donante, sino a toda la familia”, expresa con fervor Henrique Baptista, un venezolano de 42 años que le regaló una segunda oportunidad a un cordobés.

Gabriel Comes, quién fue el beneficiario, tiene 38 años y el 19 septiembre 2018 recibió un trasplante de médula ósea. Su enfermedad había comenzado en el 2017, cuando después de realizarse un chequeo y una punción, le diagnosticaron leucemia mieloide aguda. “Cuando me dijeron que la enfermedad se trataba con quimioterapia, pensé que se me acababa el mundo”, recordó el cordobés.

El proceso de la enfermedad

El proceso fue duro, ya que durante un año debió realizarse seis quimioterapias. Luego de ese tratamiento, parecía que la enfermedad había desaparecido, pero al cabo de 4 meses regresó. Fue así como se le ocurrió al equipo médico realizar un trasplante de médula ósea, y allí comenzó la búsqueda. Primero, se buscó un donante compatible dentro de su seno familiar, pero al no haber compatibilidad con ningún familiar, se comenzó una búsqueda en el Registro Nacional de Donantes Voluntarios de CPH del Incucai, para acceder así a una red mundial de donantes.

Donante 100% compatible

“Del hospital me avisan que solo queda por realizarme la última quimio, porque mi cuerpo ya no resistía otro proceso similar. Pero en setiembre se dio la llamada tan esperada: había aparecido un donante para mí”, contó Gabriel. Cabe destacar, que para que este tipo de trasplantes pueda hacerse, tiene que haber 100 por ciento de compatibilidad entre donante y receptor/a.

Henrique y Gabriel fueron totalmente compatibles, lo que permitió que el trasplante se hiciera efectivo. El donante recordó el proceso de donación de médula ósea: Estando aquí en Miami, decidí registrarme y al poco tiempo me llamaron. El proceso fue realmente muy sencillo. Me sacaron sangre, observaron la compatibilidad, durante diez días me coloqué una inyección para incentivar la producción de médula y eso fue todo. Al décimo día me sentaron en una silla y me sacaron sangre”.

 

Un lazo de por vida

Pero eso no fue todo, a ellos no los unió solo la donación, sino que decidieron hacer su lazo aún mayor y conocerse. Cabe destacar, que según lo estipulado por la Ley 25.392, a partir del año de realizado el trasplante los datos personales de donantes y receptores pueden ser liberados para que estos puedan conocerse, siempre y cuando ambas partes lo acepten.

Al rememorar aquel día inolvidable en las calles de Buenos Aires, Gabriel confesó: “Me latía el corazón, no sabía qué hacer, me temblaban las piernas, no podía hablar. Hasta que me acerque y nos fundimos en un abrazo hermoso, único, que va a quedar por siempre dentro de cada uno”. Además, agregó que el lazo con Henrique será para toda la vida: “Es muy emocionante, siento que no nos separa más nadie. Somos hermanos de sangre, de vida, él me regaló una segunda oportunidad así que esta conexión va a estar siempre presente en los dos”.

Donar salva y regala vida

Para inscribirte como donante, primero debés firmar un consentimiento informado y acceder a donar una unidad de sangre (450 ml.), de la cual se toma una pequeña muestra que es analizada genéticamente. Luego, estos datos se ingresan a la base del Registro Nacional de donantes de CPH. De esta manera, se confirma la inscripción y en caso de ser compatible con un receptor o receptora, se  efectiviza la donación de médula ósea. Donando médula, podés regalar vida a alguien que lo necesita.

Para más información: Ecodaic, Ayacucho 1691. TEL: 0351 434-4105. Mail: ecodaic.comunicacion@gmail.com