Luego de su show en Teatro La Llave de B° Villa Belgrano, EXPRESIÓN NORTE entrevistó a Eduardo Calvo de manera exclusiva, en una entrevista “re jodida”.
¿Cómo llegaste a la actuación?
Desde adolescente, iba al teatro mucho junto a mis viejos; y me llamaba mucho la atención el trabajo de los actores. Lo veía como muy “mágico” y, para mis adentros, pensaba que me encantaría actuar. Sobre todo, me sorprendía la magia y la transformación de esos señores o señoras que proponían una cosa actuada mediante un personaje, haciendo ficción. Mi viejo, quien había actuado desde pequeño y luego lo dejó, me llevó a un curso del actor Ricardo Passano y allí comencé a mis 16 años de edad. A los 18 años, entré a la Escuela Municipal de Arte Dramático, donde hice actuación y dirección. A esa misma edad, incentivado por mis maestros, me dediqué al humor y a escribir e interpretar cosas de humor.
¿Cómo surgió el “Re heavy Re jodido”?
A este personaje, lo hago por primera vez el 3 de diciembre del año 1988, en mi espectáculo “Muchas pelucas para un solo calvo”. El personaje tiene mucho de un profesor que tuve en la Escuela Municipal de Arte Dramático, quien decía que gritaba pero, en realidad, no lo hacía porque tenía una voz muy bajita. El personaje también se compuso gracias a una amiga actriz, quien me regaló la peluca de su personaje, de una obra que yo hice junto a ella. Esa peluca fue el cuadro final del personaje, que en un principio, no sabía si iba a ser un “guapo porteño” o un “heavy metal”. Hay tres cosas que me gustan de ese personaje: su prepotencia, su ingenuidad y su poder de improvisación.
Pasar por VideoMatch y trabajar con Marcelo Tinelli, ¿fue un antes y un después en tu carrera?
Pasar por un programa tan visto por toda la familia, sin ninguna dura es un antes y un después. Fue muy efervescente y potente haber pasado por Videomatch. Tuvo mucha repercusión y reconocimiento a mi personaje del heavy; algo muy lindo. Pero no nos volvimos a cruzar con Marcelo, pero sí con mis ex compañeros y, con algunos de ellos, he trabajado en una película, como por ejemplo, con Pachu Peña.
¿Cómo fue tu show unipersonal en Teatro La Llave?
El pasado 6 y 7 de noviembre estuvimos con “El mundo se puso heavy” . Allí desfilaron “El profesor Tranquilino”, “El Heavy”, el “Payaso Globito”, un “Taxista”, entre otros. Córdoba es una provincia a la que quiero mucho. Además, aquí es la capital del humor, y eso hace que me encante aún más trabajar acá.
¿Por qué la gente se enganchó tanto con tu personaje del Heavy?
No quiero caer en una respuesta soberbia, pero creo que sucedió por algo inexplicable: la magia y el fuego que no se puede explicar con palabras. Yo, prefiero no saberlo, porque es un encuentro cuasi religioso… increíble en todo sentido… Me gusta interpretar a todos los personajes porque cuanto más diversos sean, mejor; y cuanto más distintos sean a como yo pienso, mejor. Es una manera de hacer “justicia” al humor a través de sus personajes. Creo que los humoristas, en el fondo, lo que queremos es un mundo mejor y por eso quizás mostramos a las peores personas a través de este recurso.
¿Era más fácil hacer humor antes o ahora?
Siempre fue difícil. Creo que el humorista hace lo que siente y muestra su esencia en el humor que hace. Yo nunca tuve cuidado, porque el humor debe ser desprejuiciado, porque rompe con estructuras. Entonces, la palabra “cuidado” no existe, pero sí hemos evolucionado bastante como sociedad. No podemos censurarnos, pero sí hay cosas que hoy quedan desubicadas. Creo que la clave no pasa por “qué mostrar” y que “no mostrar”, sino en el “cómo” se lo muestra.
¿Cómo sos fuera del escenario?
Trato de ser el que soy (risas). Soy un hombre “de a pie”. Me gusta caminar, hablar con la gente… Quizás no soy tan divertido, pero trato de ponerle onda a las cosas. ¿Y qué cosas tengo del Heavy? Quizás las ilusiones y la ingenuidad no la he perdido nunca. Me siento un poco niño, al igual que el personaje. Y lo que más disfruto de los espectáculos, es la risa de la gente y que se transformen mediante la alegría. Esa es mi mayor recompensa.-
Por último, ¿cómo es Eduardo Calvo fuera del escenario y qué cosas tiene de “El Heavy Re Jodido”?
Trato de ser el que soy, jajaja. Soy un hombre “de a pie”. Me gusta caminar, hablar con la gente… la verdad, ¡no sé cómo soy fuera de escena!, jaja. Quizás no soy tan divertido, pero trato de ponerle onda a las cosas. ¿Y qué cosas tengo del heavy? Quizás las ilusiones y la ingenuidad no la he perdido nunca. Me siento un poco niño, al igual que el personaje. Y lo que más disfruto de los espectáculos, es la risa de la gente y que se transformen mediante la alegría. Esa es mi mayor recompensa.