En este último tiempo, el tema de la Educación Sexual Integral en el país volvió al centro del debate cuando el Estado llamó a licitación para la compra de penes de madera. Pero más allá de estos tabúes sociales, lo más importante es saber ¿qué piensan los estudiantes sobre este tema?
Justo a tiempo, un equipo de investigación de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), publicó recientemente las conclusiones sobre una investigación sobre género y sexualidad que realizaron desde el año 2014. En el mismo, analizaron qué percepciones tienen los estudiantes de colegios secundarios públicos y privados de Córdoba sobre la educación sexual que reciben, y cuáles son sus demandas e intereses sobre ella.
Aunque las respuetas son variadas, la educación sexual en el ámbito escolar aparece como un espacio altamente valorado por los grupos de adolescentes consultados. Ellos no solo demandan el abordaje de la temática, sino formas actualizadas de enseñanza, más abiertas y menos rutinarias.
Una por una, las conclusiones
-Marina Tomasini, investigadora de la UNC y el Conicet, y directora del equipo de investigación, reveló que los estudiantes “consideran que la ESI les aporta saberes y conocimientos valiosos sobre temas que ignoraban, y les permite descubrirse por medio de la reflexión que promueve”.
-Otra conclusión es que el estudiantado valora positivamente “la información sobre cuidados necesarios en las relaciones sexuales” y “el reconocimiento de las violencias en las relaciones sexoafectivas”.
-Pero aún así, consideran como insuficiente o poco significativa la educación sexual recibida en las escuelas. ¿Los motivos? Porque, muchas veces, llega a destiempo y se les habla sobre estos temas cuando ya se han iniciado en la sexualidad con otras personas.
-Otra cosa que les es poco agradable es la modalidad de estas clases, ya que les incomodan las charlas de los profesionales que invita la institución para hablar sobre el tema. El motivo es que utilizan un formato muy técnico que dificulta la comprensión, e inhiben el planteo de inquietudes (por temor a sentir vergüenza ante sus pares y docentes).
-Respecto a la modalidad, la ineficiencia estaría en que existe un trabajo rutinizado con la ESI, ya que los alumnos consideran que siempre se hacen las mismas actividades, que no les permite profundizar en la temática.
-Otro reclamo que aparece está referido al enfoque biologista desde el cual se trabajan los temas sobre ESI en el aula: los estudiantes piensan que muchas veces está desconectado de sus propias realidades y experiencias. Mencionan que los temas tratados se centran generalmente en la genitalidad y la reproducción, mientras que se dejan afuera otros aspectos que exceden lo estrictamente biológico y fisiológico (tales como masculinidades, placer, amor, diversidad genérica y sexual, y el cuidado de las relaciones sexo afectivas).
De todo esto, se puede concluir que la agenda pública sobre género y sexualidad, está un poco alejada de las propias experiencias de estudiantes. Temáticas como el aborto o la diversidad sexual, genérica y corporal irrumpen en las aulas más bien por demanda de los alumnos, antes que por decisiones curriculares.