“El juego en la infancia ayuda al desarrollo emocional”

En la clínica psicopedagógica, si bien el juego es una herramienta esencial en las intervenciones de los trastornos del neurodesarrollo, también está presente en nuestra vida cotidiana. ¿Recordás cuándo fue la última vez que, siendo adulto, jugaste? ¿Qué tan importante es el juego en la infancia?

Por: Prof. Lic. Claudia del Valle Scarpinello (MP-12-5395)

Infancia

La psicología y la psicopedagogía, nos enseñan que el juego es una actividad natural de la primera infancia. Todos los niños nacen con el impulso hacia el movimiento y la exploración del mundo, la necesidad de contacto afectivo y social. Todo lo tocan, lo prueban, lo sienten y así es como descubren y aprenden del mundo que los rodea.

El juego, además de servirles de experimentación, también ayuda al desarrollo emocional y favorece el aprendizaje y contribuye al desarrollo intelectual, emocional y físico. Podemos nombrar, entre otras ventajas, la de mejorar la percepción del entorno y agudizar los sentidos, perfeccionar la motricidad fina, gruesa y la propiocepción, favorecer la memoria, la atención y el procesamiento lógico, promover la facilidad de expresión e interacción con el otro e, incluso, ayudar a la superación de miedos, angustias o fobias.

El juego, desarrollado adecuadamente y mediado por un adulto responsable, potencia la resolución de conflictos, estimula tanto la sana competencia como la cooperación y sirve para descubrir nuevos roles.

La importancia del juego

¿Qué juegos son recomendables y en qué momento? Para niños a partir de 6 años, los juegos de reglas son una actividad adecuada, pues estimulan la aceptación y cumplimiento de normas, implícitas o explícitas, ayudándoles a adquirir mayores responsabilidades. Los juegos de reglas son muy variados, pudiéndose jugar entre dos personas o por equipos, al aire libre o en el interior de la casa, utilizando materiales caseros o empleando juegos de mesa.

Los juegos de reglas, aunque suene contradictorio, abren una ventana al aprendizaje espontáneo y a la libertad de pensamiento. Son actividades que posibilitan la construcción de estrategias mentales que luego resultarán extrapolables a otras experiencias vitales. El juego con reglas se acerca mucho al mundo del trabajo; por eso, los niños pueden adaptarse mejor a la realidad y socializar con los demás con una nueva forma de crecer jugando. Así, surgen los juegos con temas comunes como “la escuelita”, “la casa”, “el tráfico”, “la tienda”, etc., en el que cada una de las personas que participan de la actividad comparten la acción y actúan su rol respetando el de los demás.

“Para niños a partir de 6 años, los juegos de reglas son una actividad adecuada, pues estimulan la aceptación y cumplimiento de normas”

Si bien todos los juegos implican una interacción y traen consigo reglas que facilitan la convivencia, las reglas varían; algunas son transmitidas de generación en generación y, en otros casos, son los propios niños quienes se encargan de crearlas para el juego que están realizando; por ejemplo, en rituales como la hora de ir a dormir, lavarse o comer.

Como adultos, al momento de jugar con los niños es importante que establezcamos claramente las reglas antes de empezar, que destinemos un tiempo en nuestra rutina cotidiana donde no haya interrupciones y que no alimentemos la obligación de ganar o la frustración de perder.

Podemos aprovechar diferentes espacios de la casa y convertirlos, por un rato, en un escenario diferente. Aprovechemos el ritual del juego con nuestros niños para afirmar vínculos afectivos y también para percatarnos de sus logros y dificultades.-

Más información: Awale Psicopedagogía: Cel: 3515171859