Por: Flavia Cerutti (Lic. en Psicología – M.P. 13357)
¡Me cansé! ¡No aguanto más! Aunque nos amamos no podemos seguir así, nos hacemos daño… Vivir en pareja puede transformarse en una fuente de felicidad o sufrimiento. ¿Por qué buscamos una pareja en nuestra vida adulta? Lo hacemos para recibir apoyo en situaciones difíciles, para obtener contención y afecto, también para ofrecer apoyo y afecto a la persona que amamos.
Cada pareja, a lo largo de su ciclo vital va desarrollando una manera de desenvolverse y actuar en el mundo, la manera en que se aprende a solicitar apoyo y también a responder a las demandas de afecto está relacionada con el modelo de apego primario aprendido a lo largo de la vida por cada uno de los integrantes de la pareja. Para salir de este modelo que provoca estrés y pasar a otro donde se interaccione de una manera más armoniosa, las parejas deben aprender las claves de funcionamiento.
Actuar a tiempo
La terapia de pareja desde el enfoque cognitivo-conductual aporta a los consultantes las herramientas para conocer estos modelos de conflicto desarrollados en su seno y resolverlos de una manera eficaz. Es un error pensar que una pareja sana y feliz es la que no tiene conflictos, esa pareja ideal no existe más allá de la industria cinematográfica o de la pantalla chica.
Una pareja sana y feliz es la que puede conocer sus fuentes de conflicto y aprende las
claves para descifrarlos, adaptarlos y modificarlos. Los conflictos conyugales crónicos suelen ser la causa de múltiples trastornos a nivel físico y mental. Pueden estar relacionados con la aparición y mantenimiento de enfermedades cardiovasculares, hipertensión y de otras como diabetes, obesidad, etc. Así como cierto tipo de patologías
mentales como depresión, trastorno bipolar, trastornos de sueño, alimentación, etc.
Por el contrario, mantenerse en una relación sana y feliz previene enfermedades y patologías mentales, relaja el sistema nervioso y además prolonga la vida. Además, si las parejas que consultan por problemas conyugales tienen hijos, estos podrían verse muy beneficiados por la administración de la terapia de pareja cognitivo-conductual en sus padres. Se sabe que los problemas de conducta de los hijos están muy relacionados con los conflictos maritales de los padres, y más aún cuando existen patrones de violencia física o verbal en el seno familiar.
Lamentablemente las parejas cuando acuden por ayuda profesional, ya llevan un largo tiempo de funcionar conflictivamente, los problemas están tan cristalizados que ya no se recuerdan las causas y se piensa que se debe tan solo a un desgaste en la relación. ¡Actuar a tiempo es la clave!
Más información: Cel. 3512805422.