Miguel Muñoz: El Profesor que dedicó su vida al fútbol infantil

El pasado 17 de noviembre hubiese cumplido 81 años el maestro del fútbol y de la vida. El Profe Miguel partió al cielo el 4 de abril de 2022, pero su legado aún perdura y se mantendrá en cada niño que corre detrás de una pelota. Desde su amada Escuela de Fútbol EFUL, a la que fundó y se entregó por completo, dejó una huella enorme en chicos y grandes.

Por: Lic. Ernesto “Turco” Maluf

Nacido en Los Cerrillos, en el departamento de San Javier, Miguel Muñoz llegó a Córdoba con apenas 19 años para cursar su técnico de fútbol. Lo suyo no fue un paso más por el deporte: fue un llamado a educar desde el rectángulo de juego, a construir personas a través de la pelota. “Ésta es mi misión. Yo siento que vine al mundo para esto”, afirmaba siempre. Desde aquel momento y durante más de tres décadas, cada entrenamiento, cada charla, cada torneo, cada viaje, cada canchita improvisada, fue un acto de fe en los valores del deporte.

La creación de la EFUL (Escuela de Fútbol Lugones) en 1986 marcó un hito en su vida. Construida “con mucha más imaginación que recursos”, como él mismo reconocía, se erigió en espacio de contención, crecimiento y comunidad para decenas de niños de los barrios cordobeses. “Me siento muy afortunado por haber compartido mi vida con los niños. Muchos de aquellos niños hoy son papás y traen a sus niños a la escuelita”, confesaba lleno de emoción. Allí no se formaban sólo delanteros, defensores, mediocampistas o arqueros: se forjaban chicos capaces de jugar, equivocarse, aprender y volver a intentar.

“Los niños te sorprenden diariamente, son energía, combustible para uno; y en EFUL somos fieles a nuestra forma de educar a los chicos a través del juego, porque el niño siempre está dispuesto a jugar, a divertirse y uno tiene que aprovechar el fútbol para educarlos… Aquí se enseñan destrezas, se educan modales y se forman personas”, remarcaba.

Para él, la cancha debía ser un aula más de valores. Es por eso que en EFUL, su amada escuela de Fútbol de B° Poeta Lugones, la prioridad era el juego, la alegría, la amistad y el aprendizaje.

El fútbol como metáfora de la vida

Según el Profe Miguel: “El fútbol permite un crecimiento integral, porque hay que ser moralmente fuerte y espiritualmente rico para jugar”. Esa frase resume su postura ante la presión, la competitividad desmedida y la lógica del resultado por sobre el proceso. En su escuela, la prioridad era el juego, la alegría, el aprendizaje. Para él, la cancha debía ser un aula más de valores. Es por eso que en EFUL, su amada escuela, la prioridad era el juego, la alegría, la amistad y el aprendizaje.

Miguel no solo enseñaba a jugar al fútbol, sino que en cada entrenamiento, en cada charla previa al partido, usualmente estaba el mensaje de: “Cuida a tus padres”, “Ordená tu habitación”, “Compartí con el que no tiene”, “Sé agradecido”, “Ayudá al compañero”, “Levantá al rival y pedile disculpas si lo golpeaste sin querer”… Esa mirada tan particular, lo distinguía y lo hacía querido.

Su labor incluyó la detección de talentos, sí, pero también el acompañamiento constante, el trabajo silencioso, la construcción desde la humildad. Fue entrenador en clubes como Defensores Juveniles, Huracán y Alas Argentinas antes de volcarse de lleno a su proyecto en EFUL. Supo ver en la pelota algo más que un deporte: un puente hacia la autoestima, hacia la comunidad, hacia un futuro con posibilidades.

“El niño siempre está dispuesto a jugar, a divertirse y uno tiene que aprovechar el fútbol para educarlos… Aquí se enseñan destrezas, se educan modales y se forman personas”,

Su inesperada partida el 4 de abril de 2022, a los 77 años, generó una conmoción en el fútbol infantil cordobés. Se lo recordó como un tipo tranquilo, de enorme serenidad, que siempre encontraba la palabra justa para los niños que soñaban. Su ausencia física duele, pero lo esencial permanece: los valores, el ejemplo, la pasión puesta al servicio del otro.

“Yo soy un afortunado. No sé cuántas personas pueden decir que tienen amigos y amigas de 7, 11, 20, 30, 40 o 50 años… Yo tengo amigos de todas las edades: Niños, niñas, padres, madres, abuelos…”, expresaba siempre orgulloso el compañero inseparable de Silvia, el Papá de Miguel, Iván, Luciano y María; y el abuelo de Lucas, Agustina, Nazarena, Germán, Ignacio, Martina, Francesca, Joaquín y Luciana..

El pasado 17 de noviembre, al cumplirse lo que habría sido su 81º cumpleaños, la comunidad de Barrio Poeta Lugones y toda la ciudad, los ex alumnos, los padres, las familias y los profesores se detienen a reconocerlo y a agradecerle. Porque en cada balón que rueda, en cada gol que se celebra con humildad, en cada sonrisa de los niños, en cada camiseta de EFUL, en cada mano que se levanta para aplaudir al compañero, está su impronta.

El querido Profe Miguel fue un maestro del fútbol y de la vida: enseñó a jugar, sí, pero sobre todo enseñó a crecer. Porque su mayor victoria no fue en un resultado deportivo o un trofeo conquistado: fue en las vidas que ayudó a transformar. Hay personas que dejan marcas imborrables, y Miguel Muñoz fue una de ellas. No levantó trofeos para guardarlos en vitrinas: los dejó caminando por el mundo, convertidos en hombres y mujeres de bien. Y mientras haya un pibe que sonría corriendo detrás de una pelota, Miguel seguirá siendo eterno.