Su historia es fascinante y hasta parece haber sido contada por un ingenioso escritor literario. Nos recuerda que de las peores circunstancias simpre puede surgir una gran oportunidad. Juan Manuel Romero (36), es joyero orfebre, junto a su esposa Marcea Acrich (37 años) y ambos fundaron “Quimbaya Orfebrería” en Mendiolaza. Ahora distribuyen y exportan sus piezas.
Juan Manuel fue empleado de EPEC durante aproximadamente 15 años. Pero en el 2010 tuvo un acciente laboral, ya que le expotó un medidor en la cara, lo que acarreó que estuviera una semana internado en coma. Cuando recupero su salud, durante un tiempo en carpeta médica, decidió replantear su trabajo y descubrió que ese empleo no lo motivaba más. Entonces, recordó que era muy habilidose con las manos y que tenía mucha inclinación con la elaboración artesanal. Entonces, decidió iniciar con la orfebrería.
A partir de ahí, todo cambió en su vida. Marcela contó: “Quimbaya es el resultado de una tragedia, un fracaso y un gran amor. Una trajedia por el accidente laboral en EPEC. Fracaso porque yo soy ingeniera industrial y en el 2016 me despidieron de mi trabajo. Ese día cuando me despidieron, se me vino el mundo abajo pero por otro lado, el test de embarazo me había dado positivo de nuestro hijo Augusto (su gran amor que hoy tiene 4 años)”.
Fue así como decidieron invertir la indemniación de Marcela y apostar de lleno en el talento de Juan Manuel, donde ella lo asesoraría en la gestión y estrategia comercial. La ingeniera agregó: “Toda esta historia es el resultado del amor, ya que repentinamente pasamos a ser desempleados, pero debíamos seguir adelante por nuestro hijo Augusto que venía en camino”.
¿Cuál fue su clave del éxito? La venta online. Con el lema “De Mendiolaza para el mundo”, lograron trascender con una marca nacional a nivel internacional. Los objetos que crean son hermosos.
