Una manga de embarque conecta la realidad con el sueño. Allí, en pleno corazón de la pampa cordobesa, los motores ya no rugen, pero las emociones siguen volando alto. Air Damasco, el excéntrico hotel ubicado en el predio del Campo Hotel Nono Luigi, acaba de reinaugurarse con bombos, platillos y hélices simbólicas. Con ocho habitaciones de lujo distribuidas en dos aviones Boeing 737-200 reciclados, este espacio único volvió a abrir sus puertas o, mejor dicho, sus compuertas para ofrecer una experiencia de hospedaje que cruza los límites de lo convencional. Los visitantes llegan curiosos, algunos por recomendación, otros por azar, y se encuentran con una postal inusual: aviones posados en medio del campo, sin pistas de despegue ni torres de control, pero con pasarelas que recrean hasta el más mínimo detalle de un aeropuerto. Apenas se atraviesa la manga, el huésped entra en un mundo donde el diseño, la comodidad y la historia de la aviación se funden.
Dormir dentro de un avión, sin despegar
El lugar fue creado por el empresario cordobés Oscar “Pupi” Scorza, dueño de la firma Econovo, quien compró estos dos aviones que alguna vez surcaron los cielos bajo la bandera de Southern Winds en una subasta, y decidió darles una segunda vida. No fue tarea sencilla: trasladar las aeronaves por rutas provinciales, acondicionarlas sin perder su identidad y convertirlas en habitaciones cinco estrellas requirió una inversión millonaria y la participación de múltiples talleres y profesionales locales. Pero el resultado sorprende. Las cabinas fueron completamente rediseñadas, sin perder su esencia: ventanillas originales, cabinas de mando intactas, y detalles como carteles de “abróchese el cinturón” que invitan a jugar con la fantasía de estar volando. Cada avión alberga cuatro suites bautizadas con nombres de países que marcaron la historia empresarial del creador: India, Turquía, España, China, Uruguay, Italia, Perú y Estados Unidos.
Las habitaciones son una oda al confort moderno: camas king-size convertibles, balcones con vista al ala del avión donde se ubican jacuzzis exteriores, luces inteligentes, duchas con Bluetooth, inodoros japoneses y tecnología de punta. La experiencia de alojarse en Air Damasco no se limita a la noche: también incluye acceso al restaurante, spa, bodega subterránea, una pequeña granja y esculturas al aire libre que salpican el predio con arte. Además, se puede visitar un museo aeronáutico montado en una de las estructuras, que exhibe bauleras, cajas negras, turbinas y objetos originales rescatados de los aviones. El conjunto logra un equilibrio justo entre lo temático y lo elegante, sin caer en lo kitsch.
Cada aeronave alberga cuatro suites dobles, equipadas con camas king‑size convertibles, balcones con Jacuzzi sobre las alas, inodoros japoneses, duchas inteligentes con Bluetooth y luces ambientales, TV smart, Wi‑Fi y climatización personalizada.
Un vuelo a una experiencia única
El alojamiento no es masivo ni económico: solo ocho habitaciones disponibles y tarifas que rondan los $250.000 por noche, incluyendo desayuno y acceso a todos los servicios. Pero más que una estadía, lo que se ofrece es una experiencia. El check-in es a las 18 horas y desde ese momento se activa un universo paralelo donde el huésped deja de estar en Oncativo para entrar en una historia que mezcla nostalgia, lujo y aventura. No hay ventanas al cielo, pero sí al campo abierto, con atardeceres amplios y silencios que invitan al descanso.
Air Damasco no sólo busca cautivar turistas, sino también revitalizar el turismo rural de la región. Su creador no recibió subsidios estatales y apuesta a un desarrollo sostenible, que genere trabajo, atraiga visitantes y ponga en valor el patrimonio de la aviación civil argentina. En paralelo, ya trabaja en la restauración de una antigua posta del Camino Real y proyecta incorporar vagones del Tren de las Nubes como parte de una nueva etapa del hotel.
Quienes ya lo visitaron coinciden en que no hay otro lugar igual. Algunos lo comparan con alojamientos exóticos de Asia o Escandinavia, pero destacan que esta experiencia tiene el sabor local de la llanura cordobesa, del mate bajo el ala, del silencio entre sierras y del lujo sin artificios. Y es que, en Air Damasco, dormir en un avión no es un lujo excéntrico: es una aventura poética, un despegue sin altura, un vuelo hacia lo inesperado.
Más info: Reservá tu vuelo a esta experiencia inolvidable al 3572 670106.
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