Se recibió de médica “Pato”, la enfermera que hacía dedo todos los días para ir la facultad

Ser el sostén de su mamá, su papá y su marido cuando estuvieron enfermos, fue lo que la llevó a estudiar con determinación. Después de su gran sacrificio, llegó la recompensa.

Enfermera

Patricia Martín, “Pato”, oriunda de Darregueira (Buenos Aires), ya había logrado recibirse de enfermera a través del programa especial que promueve los estudios universitarios, pero no había podido ejercer en el hospital de su pueblo. El motivo era que tenía a sus padres y a su esposo enfermos. Éste último padecía de Linfoma no Hodking.

A causa de esta situación había tenido que rescindir su sueño de ser médica por unos años. Rodolfo, su papá, fue quién la alentó a comenzar a estudiar la carrera cuando escuchó en la radio que Medicina iba a dictarse con cursado en Pigúé y Coronel Suárez. El hombre le dijo: “Te tenés que anotar porque es lo que quisiste toda tu vida. No tenés nada que te ate, no tenes hijos. Yo te voy a apoyar en todo lo que necesites”.

Así fue como se anotó en una modalidad que le permitía estudiar desde un  pueblo cercano, sin tener que ir a la sede principal. Durante esos primeros años de cursada “Pato” hacía dedo todos los días para ir a cursar a Pigüé, a 97 kilómetros de Darregueira. Patricia aseguró que su papá no pudo estar para verla empezar la carrera, pero fue quién le plantó la semillita para que arrancara.

Cuando ya iba cursando la carrera, en el año 2019, Pato quedó embarazada y en el 2020 dio a luz a Agustina. La bebé no tenía ni un mes y tuvo que volver a la Facultad de Medicina. “Pensé que no lo iba a lograr porque ella no dormía toda la noche. Me despertaba a las 5 de la mañana para cursar en Suárez a las 8 . Manejaba 150 kilómetros y llegaba a mi casa a las cuatro o cinco de la tarde. Era insostenible”, comentó.

Pero la llegada de la pandemia le cambió todo. ya que pudo estudiar desde casa, cursar por Zoom y estar con su hija. Ahora, ya recibida, planea empezar a viajar a Pigüé de nuevo, para presenciar las guardias y rendir el examen de residencia en la especialidad de Clínica. De esta manera, Pato pudo cosechar la semilla que plantó su papá cuando la alentó a estudiar con sacrificio y como recompensa del cuidado que le brindó.