Con su drone, una cámara y algunas bitácoras de viaje, Ignacio vive y captura la vida en una de las islas más paradisíacas de Brasil, hoy cerrada al mundo exterior por la cuarentena. A través de sus fotografías, escritos y producciones audiovisuales, el joven viajero cordobés relata hoy las maravillas de vivir en “Ilha Grande”, aislados del mundo.
¿Cómo fue tu trayecto desde que comenzaste a viajar?
Mi viaje comenzó rumbo a los Pirineos Andorranos, donde fui en noviembre de 2018 con la intención de conseguir un permiso de trabajo durante la temporada de invierno y aprender a andar en snowboard. Seis meses después me dirigí hacia Barcelona a visitar a amigos Cordobeses que residen allá y juntar energías para lo que fue el siguiente destino: Dinamarca, en donde apliqué a mi primer “work and holiday” visa y trabajé durante 7 meses en un restaurante. Mientras residía ahí, visite Bélgica e Inglaterra.
Hoy me encuentro en Brasil, país al cual vine con la intención de trabajar realizando una de mis grandes pasiones: la fotografía, pero al comenzar toda esta situación de la pandemia mis planes tuvieron que ser postergados un tiempo y eso me condujo hasta desde donde ahora escribo, Isla grande.
¿Cómo es vivir esta época de pandemia en la isla?
Haber vivenciado estas circunstancias tan difíciles en Isla Grande fue por sobre todas las cosas, una fortuna. Ya que la Isla no cuenta con muchos habitantes, no suele haber aglomeraciones y gracias a la riqueza natural que posee, hay muchísimas actividades para realizar al aire libre en las que quizás ni siquiera te topes con otra persona y así puedes mantenerte aislado.
¿Cómo te llevás con la cultura, el idioma y el país en general? ¿Cómo es ser un argentino en Brasil?
La verdad es que, de los países que tuve la oportunidad de visitar, Brasil ha sido el más cálidamente me recibió, tanto el brasilero nativo como la persona que emigró hacia este increíble país. El idioma no ha sido un gran desafío, ya que los nativos tienen bastante ejercitado el oído a la hora de escuchar nuestro “portuñol”… creo que se trata tan solo de animarse un poco a hablar y también que la gracia está en buscar distintas maneras de hacerse entender independientemente del país en el que uno se encuentre.
“La gracia está en buscar distintas maneras de hacerse entender independientemente del país en el que uno se encuentre”
En cuanto a ser argentino en Brasil, me resulta imposible hablar de esto como algo general, ya que a pesar de que, en algunas cuestiones (como en la del fútbol) nos hemos acostumbrado a tratarnos como contrincantes, creo que nuestras culturas tienen muchas cosas en común, y de hecho con quienes más llegué a entablar una relación profunda y amistosa en mi estadía aquí, ha sido con brasileños más que con argentinos.
El arte de viajar
Si tuvieras que elegir… ¿Cuál es el lugar que más te gustó?
Todos los lugares que visite tienen encantos totalmente diferentes, a nivel paisaje, gastronomía y cultura, lo más valioso que me llevo de este viaje que emprendí son justamente los recuerdos y las anécdotas: descender en snowboard una montaña por primera vez en mi vida y admirar la inmensidad y la adrenalina que esto significa, trabajar en un festival vikingo en Dinamarca donde se recreó una aldea tal cual como en esa época se vivía y beber hidromiel con los “vikingos” que formaban parte del festival, pasearme por las calles de Barcelona en longboard, festejar año nuevo en Londres con mis amigos, aprender a surfear en Brasil y vivir durante 3 meses en un velero en Isla Grande a causa de la pandemia, al mismo tiempo que aprendíamos a navegar y atravesar una tormenta a bordo… Son muchas las historias que hoy son de los tesoros más preciados que cargo en la memoria.
“Son muchas las historias que hoy son de los tesoros más preciados que cargo en la memoria”
¿Tenés algún lugar/objetivo al que quieras llegar?
A medida que pasa el tiempo y mi viaje va cambiando, algunos objetivos se van modificando, algunos se siguen manteniendo, y a otros los voy cumpliendo. Me gustaría mucho conocer el Desierto del Sahara, tener la oportunidad de surfear en Bali y seguir realizando fotos sobre mi viaje, las personas y lugares que conozco con mi cámara, tanto como sea posible.
¿Qué te motiva a seguir viajando?
Lo que más me motiva es abrirme a nuevas experiencias y poder disfrutar de los diferentes atractivos naturales que el mundo tiene para ofrecernos, tanto culturalmente, como con lo que respecta a actividades recreativas y deportivas. Creo firmemente que cuando viajamos nos exponemos a situaciones y circunstancias que no son planeadas, y son justamente estas mismas las que nos hacen crecer y aprender tanto sobre nosotros mismos y de todo lo que somos capaces.
¿Tenés planes de volver?
No está en mis planes volver por otra causa que no sea visitar a mi familia y amigos, para luego volver a partir… la idea es seguir viajando tanto como sea posible y seguir experimentando lo más que pueda durante esta etapa de mi vida.
¿Cuál es la posición de tu familia y amigos frente a la aventura que estás viviendo?
Mis amigos y mis familiares han sido de los más importantes protagonistas en todo esto, ya que conté con el apoyo de ellos desde el primer momento y me han motivado a seguir en todo tipo de situaciones que fueron surgiendo durante el viaje, sin jamás dudar de mis capacidades… y esto ha resultado un gran bastón que te ayuda a que sigas persiguiendo tus sueños en los momentos en los que te encontrás un poco cansado.
Dos viajes en uno
¿Cuáles son los aprendizajes más importantes que te llevás con vos en este viaje?
De cierto modo pienso que no hay ningún aprendizaje que sea independiente de otro, sino más bien que más tarde o más temprano todos están conectados entre sí y que todos vamos a tener que enfrentarnos con ellos.
Aprendí que cuando uno decide dejar su ciudad atrás y hacer de su nuevo hogar el mismísimo camino, comienzan dos viajes: uno es el planeado y terrenal, en el cual nos vamos a tener que enfrentar a distintos tipos de desafíos para cumplir objetivos concretos, ya sea el querer llegar a determinado destino en determinada fecha o alguna nueva actividad que queramos realizar. Por otro lado, el viaje mental y de la emoción: el viaje introspectivo que uno inevitablemente vive en su cabeza al estar expuesto a distancias, a siempre ser un extranjero, a nostalgias, miedos, o incertidumbre. En el cual, más de una vez, te perdés y volvés a encontrar el sendero… Creo que todo esto pone a prueba la seguridad que tenemos en cuanto a la decisión que tomamos: la de partir, la de buscar, encontrar, ponernos a prueba a nosotros mismos constantemente, experimentar, el querer saber hasta dónde somos capaces de llegar y todos los caminos que aún quedan por recorrer. Aprendí a ser más fuerte, independiente, menos prejuicioso en cuanto a las situaciones y a las personas, más positivo, a ser responsable de mis decisiones… Somos nosotros quienes tienen el timón en nuestros viajes y en nuestra vida, y siempre que tengamos fortaleza y el valor de tomar una decisión, tarde o temprano, vamos a llegar exactamente al punto donde planeábamos.
“Siempre que tengamos fortaleza y el valor de tomar una decisión, tarde o temprano, vamos a llegar exactamente al punto donde planeábamos”
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