Fue en el 2020 cuando en Anisacate se llevó adelante el proyecto “Alianza por el Clima”, en el cual desarrollistas de la localidad compraron árboles por anticipado y con ese dinero más el aporte del municipio se construyeron 2 viveros. Ahora se está construyendo la tercera sede. La venta de especies autóctonas se realiza porque la idea es que el proyecto sea autosustentable y se ofrecen a precio popular de $ 400.
“En Anisacate contamos con varias ordenanzas en materia ambiental, somos un pueblo libre de agroquímicos por Ordenanza 14/2012. En tanto, tenemos varias normativas que protegen y promocionan el arbolado nativo, además de contar con una iniciativa que crea la Escuela Ambiental y por otro lado el Vivero Municipal”, expresó a los medios la concejala Paula Fontana.
Un proyecto sustentable para todas las veredas
El proyecto busca ser sustentable para poder seguir comprando herramientas y generar dinero para puestos de trabajo. Además, la Municipalidad da becas para los trabajadores del vivero. Lo que se intenta incorporar en el lugar son plantines de árboles, plantas aromáticas y especies trepadoras.
Para el municipio es importante priorizar plantar árboles nativos porque se adaptan mejor a las condiciones climáticas, ya que cuentan con un sistema de raíces que provocarán menos perjuicios en las veredas y tienen mayor resistencia a la incidencia de plagas y enfermedades.
Sobre esto, Paula Fontana, sostuvo: “La campaña de las veredas es porque hay muchos loteos que fueron campos sembrados, por lo que están pelados. Viveros de nativas hay muy pocos, por eso la idea también es producir para los espacios públicos y para la gente de Anisacate”.
Especies Autorizadas
La Municipalidad autoriza diversas especies para ser implantadas en todas las veredas de la localidad de acuerdo a su tamaño, independiente de cuál sea el barrio. Miembros del Área de Ambiente local, agregaron: “Hemos clasificado los nativos según su tamaño final, indicándose en cada caso su posibilidad de plantar de acuerdo con el ancho de la vereda”.
En veredas chicas aconsejan: durazno de campo, lagaña de perro, manzana de campo, sen de campo, palo tinta, tumiñico, piquillín y palo amarillo. En cuanto a las veredas muy grandes recomiendan: algarrobo blanco, chilensis, flexuosa y negro; caldén, aguaribay, molle, quebracho colorado santiagueño, tala, coco, tusca y sauce criollo, ente otros; para las medianas: albaricoque, brea, cina cina, curupí, palo cruz, mistol del zorro, etcétera.