3C Construcciones es una empresa cordobesa de triple impacto, pionera en el desarrollo de tecnologías sociales y ambientales, que enfrenta dos grandes desafíos: la gestión de residuos plásticos y la crisis habitacional. Se encargan de transformar plásticos desechados en viviendas seguras y duraderas a través de innovadoras técnicas que no requieren agua y utilizan una mínima cantidad de energía.
Desde su creación, se reutilizaron más de dos millones de botellas y realizaron más de 80 construcciones, entre viviendas particulares, dos escuelas, una guardería, y construcciones sociales con las ONG que colaboran.
“La idea surgió de una problemática común: la dificultad de emplear jóvenes en nuestra empresa. Nos dimos cuenta de que el problema no eran ellos, sino nosotros, los empresarios. Ahí comenzamos a explorar tecnologías sociales, entendiendo que muchas veces los desafíos son más sociales que tecnológicos”, expresan desde su blog.
La empresa está constituida por Lucas Recalde como socio fundador, Federico Brunas, especialista en tecnología aplicada, Victoria Páez Molina en su rol de arquitecta y Juan Pablo Cmet, desarrollista inmobiliario y abogado.
Las botellas de plástico recicladas representan su material principal de construcción. Son viviendas económicas y en sintonía con el ambiente ya que reducen la huella de carbono y son un 30% más barata en comparación a una casa tradicional por el ahorro del hierro y el cemento. Además, el tiempo de edificación es más rápido en comparación a las construcciones tradicionales.
“Nos enfrentamos a la pregunta de cómo aprovechar el plástico, un invento maravilloso, en lugar de verlo como desecho. La construcción tradicional, con su enorme huella ecológica, nos llevó a innovar usando plástico reciclado. No solo es más ligero y resistente, sino que requiere menos estructura y se construye más rápido. Cada casa que edificamos es una prueba de que podemos hacer más con menos, reduciendo significativamente nuestro impacto ambiental”, comparten desde la empresa.
El proceso tecnológico comienza con una botella de plástico y la compresión de un conjunto de ellas que, atadas, forman un ladrillo. Estos ladrillos se combinan con maderas recuperadas para darle estructura a la casa. “Los muros están compuestos por fardos de plástico prensado que genera un sistema tres veces más térmico que la construcción tradicional y permite ahorrar energía”, explica la arquitecta Páez Molina a Perfil Córdoba.
“Al ser un material ultraliviano permite que funcione muy bien la estructura de madera, que es mucho más sustentable que otros materiales como metales, cemento u hormigón, que se usa para sostener estructuras muy pesadas. El corazón de nuestro sistema se basa en el plástico recuperado y en la estructura de madera, a partir de ahí se revoca y rellena con materiales tradicionales”, describe Cmet.
Para El Inversor y La Construcción señalan: “Decimos que es una solución de triple impacto para las comunidades porque, por un lado, soluciona el problema de la disposición final del plástico; por otro lado, genera empleo y entramado social para sectores vulnerables; y finalmente impacta positivamente en la necesidad de vivienda, con construcciones un poco más económicas pero sobre todo más eficientes. Y todo esto genera un círculo virtuoso de negocios dentro de las comunidades”.
Mirando hacia el futuro
Además de la construcción de viviendas sostenibles, la empresa tiene como servicios complementarios el desarrollo de comunidades productivas, donde se implementan microplantas de producción en comunidades vulnerables, generando empleo digno y promoviendo el desarrollo local de los lugares y comunidades, y ofrece capacitación y educación con formación técnica y becas educativas a jóvenes en situación de vulnerabilidad, facilitando su inserción en el mercado laboral y promoviendo su desarrollo personal.
“Una de nuestras experiencias más significativas ocurrió en el barrio Müller, en Córdoba. Un área afectada por la pobreza y la delincuencia se transformó en un polo industrial gracias a nuestra tecnología. Allí, construimos casas, salones y galpones, ofreciendo a los jóvenes en situación vulnerable la oportunidad de aprender, trabajar y crecer”, comparten desde 3cconstrucciones.
“Además, estamos orgullosos de nuestras alianzas con colegios y universidades. Actualmente, tenemos convenios con 10 colegios y 32 becas renovadas con la Universidad Siglo 21, lo que nos permite brindar oportunidades educativas a los hijos de nuestros colaboradores y jóvenes de barrios vulnerables”, agregan.
Más info: 3C Construcciones