La historia de amor y superación de un programador con parálisis cerebral

A Maximiliano Tejerina le dio un giro su vida cuando a los 12 años le dispararon y al sobrevivir le quedó una parálisis cerebral. Eso no le impidió seguir soñando. Hoy está recibido de programador, y difundió que bucaba trabajo para construir una familia con su enamorada.

Por Casandra Quevedo

Programador

Ya pasaron 19 años desde el momento que cambió para siempre la vida del programador Maximiliano Tejerina. Fue un 14 de febrero cuando fue herido por un chacarero en un campo perteneciente a la Fuerza Aérea (por ruta 20) quién le disparó en el cuello y abdomen de varios escopetazos.

Para ese entonces la noticia conmocionó, ya sus familiares aseguraron que el joven, su abuela y una chica que los acompañaba, solo estaban “cortando pasto del campo para darles a sus conejos”. Al sobrevivir a este ataque, Maximiliano quedó afectado en sus capacidades motoras y el habla, y a partir de ese momento (por la parálisis cerebral) debe comunicarse a partir de un sistema de computadora.

“Nunca desistir”

A pesar de este duro momento, el actual programador nunca bajó los brazos. Su sueño era estudiar la carrera de Ciencias de la Computación en la FAMAF (UNC) y se preparó para cumplirlo. Junto a un profesor de matemática del secundario que lo inspiraba fue a inscribirse. No iba a recibir un “no” como respuesta, así que hizo más de dos cursillos para ingresar.

La Facultad se convirtió en su lugar favorito y al recibirse lo convirtió en la primera generación de la familia Tejerina en tener un título universitario. Pero eso no fue todo: lo más importante es que le permitió encontrar el amor y tener nuevos sueños por los que luchar.

Ahí fue donde conoció a Elizabeth, a quién él define como “el amor de su vida” y con quién planifica casarse dentro de poco. Justamente, el analista difundió hace poco que estaba en búsqueda de trabajo en Córdoba, con el objetivo de poder formar una familia y construir la casa donde vivirán juntos.

Ahora la vida le vulve a sonreír: El joven de 31 años escribió en sus redes sociales que gracias al apoyo de la gente tiene varias propuestas: “Gente linda, muchas gracias por tantos saludos y cariños, fortalecen mi alma. Recibí varias ofertas de trabajo y ahora tengo que decidir. Me dividiría y haría todos, porque son desafiantes. La alegría que tengo no se iguala a otro momento”.

Por último, concluyó agradeciendo a la vida: “Estamos muy felices con Eli, primeramente gracias a Dios por haberme dejado vivir esta locura y no llevarme en áquel accidente”.