¿Quién no ha sufrido de aburrimiento alguna vez en clases? Principalmente en este último tiempo, con los nuevos métodos de enseñanza que surgieron a partir de la pandemia, hemos escuchado a más de un estudiante decir “me aburre esta clase”. Pero, ¿En algún momento te peguntaste cuáles son las causas y consecuencias de esto?
Un trabajo conjunto entre el Área infantil del Servicio de Neuropsicología y el Laboratorio de Evaluación Psicológica y Educativa(LEPE), ambos dependientes de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba, abordó esta problemática.
Exploración
En un primer momento, entrevistaron a nueve niños y niñas (de entre seis y diez años) con ACI (altas capacidades intelectuales). Ailén Saco, integrante del equipo, contó que ellos “informaron sobre su estado afectivo (‘me aburro’), cognitivo (‘mi cabeza está fatigada’), motivacional (‘quiero salir del aula’) y fisiológico (‘empiezo a bostezar’) al aburrirse”.
¿Cuáles son las causas del aburrimiento? Respecto a esto, los alumnos mencionaron el ritmo lento con que avanzan los temas de la clase, la realización de actividades o explicación de temas ya sabidos, aprendidos o de fácil comprensión, y la ausencia de actividades que realizar.
Otra de las cosas que se pudieron descbrir, a partir de este estudio, fueron las acciones cognitivas y conductuales que suelen implementar los estudiantes al aburrirse: “Si no presto atención, no voy a saber nada” (aproximación cognitiva), “Pienso en Minecraft” (evitación cognitiva), “Pedirle a la seño si podía dibujar para no aburrirme, porque ya había hecho todo” (aproximación conductual), “Solo hablo un poquito en voz baja con mis compañeros y compañeras” (evitación conductual).
Estrategias más utilizadas por los alumnos
A partir de estas respuestas, el equipo de trabajo pudo categorizar las acciones y realizar un cuestionario a 127 niñas y niños (de entre 6 y 10 años) que asisten a instituciones públicas, privadas y mixtas.
¿Cuál fue la conclusión final? Que las estrategias más frecuentemente utilizadas fueron las de aproximación cognitiva (Ej: “Pienso que tengo que prestar atención para que no me reten”), seguidas por evitación cognitiva (Ej: “Me imagino lo que me gustaría estar haciendo”), aproximación conductual (Ej:“Le muestro a la seño lo que hice para que me diga si está bien”) y evitación conductual (Ej:“Hablo con mis compañeros y compañeras”).
Por último, los investigadores culminaron diciendo sobre este estudio: “Se trata de un instrumento que permitirá analizar las formas en que estudiantes con altas capacidades intelectuales afrontan el aburrimiento”.