“Waflería Chaltén”: Al pie del Fitz Roy, un éxito de la temporada con dueños cordobeses

Romina y Demián son dos cordobeses que en los años 90 se animaron a empezar una nueva vida en el sur y poner un negocio, que 3 décadas después se convirtió en uno de los lugares indiscutidos por los que hay que pasar cada vez que se visita El Chaltén.

Por Casandra Quevedo

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En esta temporada de verano varios destinos turísticos se volvieron un boom por las actividades que ofrecen al aire libre y los protocolos con los que se manejan. Uno de ellos es la “villa turística de la Patagonia”, El Chaltén, ubicada al pie del imponente cerro Fitz Roy, y es conocida mundialmente como la “Capital Argentina del Trekking”. En este mismo lugar de ensueño se encuentra la “Waflería Chaltén“.

Más allá del éxito del lugar por los increíbles wafles que ofrece, lo que más llama la atención es la historia que tiene por detrás: sus dueños son dos cordobeses (Romina y Demián), que se sacrificaron y lograron cumplir su sueño de vivir en uno de los lugares más pintorescos de Argentina.

Un proyecto y un amor

“Demián mi esposo, que vivía en barrio Jardín, estudió junto conmigo turismo y hotelería. Así que decidió explorar un poco el sur. En ese momento se enteró que existían tierras fiscales en la Patagonia, precisamente en El Calafate y El Chaltén, pero a él le sonaba este último porque el papá de un amigo lo había visitado y quedado flasheado por el lugar. Entonces, decide vender lo que tenía y venirse para esta zona”, contó Romina.

Ese fue el puntapié inicial para comenzar su nueva vida en el sur. En el mismo viaje, Demián llevó hecho un proyecto turístico, para poder obtener una de las tierras. Así fue como consiguió el terreno donde se levantó posteriormente la “Waflería Chaltén”. Pero no todo fue fácil: al principio tuvo que trabajar en diferentes cosas durante la temporada alta, para poder ahorrar y construir.

En una de sus idas y venidas a Córdoba, conoció a Romina. Se enamoraron rápidamente y ella quedó encantada con el proyecto que tenía su novio en Patagonia. Sabía que era difícil de construir y que llevaban pocos meses de relación, pero apostó a él: “Le dije que como todo iba bien, de la única manera que iba a ir a la Patagonia era si nos casábamos. Loca mi propuesta, pero accedió y ahí nació nuestra historia en Chaltén, porque yo me sumé a su vida y proyecto”.

El sueño de vivir de lo que se ama

Construir la Waflería llevó mucho tiempo e inversión. Romina confesó: “Ya hacía 10 años que vivíamos en El Chaltén.  Inicialmente desarrollamos un emprendimiento de cabañas turísticas, y nos pareció genial sumarle gastronomía, es allí cuando arranca La Waflería”. La emprendedora también contó que la idea de ese negocio surgió al ver un hombre que los vendía en un carrito en El Bolsón.

“Nos esforzamos mucho en elaborar nuestro producto con buena materia prima, a pesar de las distancias y lo que cuesta que llegue la mercadería en tiempo. Lo principal que tenemos es una amplia variedad de wafles salados y dulces que gustan mucho. La carta también cuenta con otras propuestas como ensaladas, sándwiches, y omelet, y un plus cerveza artesanal, elaborada por un amigo de acá”, agregó la dueña del lugar.

Una experiencia extraordinaria

Si algo saben estos emprendedores es que la clave de su reconocimiento está en tener como “patio trasero” al Cerro Fitz Roy, y eso es lo que los impulsa a querer brindar una experiencia a su altura: “Queremos que nuestros visitantes se sientan cómodos y disfruten del probar un Wafle y que lo vivan como una experiencia inolvidable en El Chaltén. También que nos compartan todas las propuestas, ya que es un producto pensado y elaborado para quien visita esta mágica Villa Turística de Montaña”, concluyeron.